Cuando lo nuevo vuelve a quedar viejo…
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enero 24, 2021Con la oportunidad que Dios me da de viajar continuamente sirviendo a su iglesia, me encuentro muy seguido con líderes que están muy cansados, nerviosos, frustrados y agotados.
Ellos no siempre se dan cuenta y obviamente creen que yo no me doy cuenta, pero la experiencia de años y años conversando con líderes en circunstancias tan diferentes me ha permitido agudizar la mirada y el oído para percibir ciertos síntomas que me ayudan a discernir la situación. Claro que además cuento con que obviamente he aprendido a observar mis propias etapas y yo también he experimentado estos síntomas así que no es solo que lo veo en otras personas.
Lo que los líderes necesitamos es una continua renovación. Un refresco y un renuevo, y aquí va una lista de 7 señales que nos marcan que un o una líder necesita un reset espiritual.
7. Lees la Biblia solo cuando te toca predicar
Hace unos años me di cuenta de que solo la estaba leyendo para preparar mi próximo sermón y me sentí profundamente avergonzado. Leer la Biblia me renueva, me desafía, me saca filo y me corrige. Fuérzate a leerla en versiones distintas y deja de leer versículos sueltos. Lee cartas, historias o al menos capítulos completos.
6. Falta inversión en tu crecimiento
Si no estás haciendo nada para especializarte, aprender más, actualizar tus conocimientos, conocer a otros líderes y desarrollar tus capacidades, dones y talentos, allí tienes una de las razones de por qué te ha bajado el entusiasmo. Sientes que el techo está muy cerca.
5. Solo oras para pedir (o quedar bien en público)
Llevo años enseñando que la oración es un dialogo y no un monólogo y probablemente alguno me ha escuchado bromear con las costumbres evangélicas y modismos a la hora de orar. Y es que para mí este es uno de los síntomas más evidentes de falta de frescura espiritual. Siempre que descuidemos la oración estaremos alejados de la fuente de agua viva.
4. Perdiste el sentido de asombro
Mantienes la actitud del que ya lo sabe todo, ya hiciste todo y ya nadie ni nada te sorprende y en el camino te pierdes lo nuevo que Dios está haciendo y el prejuicio te impide aprender del Dios que enseña en el misterio y los detalles.
3. Es más importante lo que haces que a quién sirves
Uno de los valores de e625 dice que las personas son más importantes que los programas y, justamente un líder agotado espiritualmente, invierte el orden y muchas veces se agota por tener ese valor invertido. Es un circulo vicioso que debes romper.
2. Escuchas en tercera persona
Los líderes agotados espiritualmente escuchan con los oídos de otras personas pensando en lo que esos principios significan en la vida de otros, pero no en la propia. Y se puede agregar a esto que algunos escuchan para compartir, pero no para ingerir…Es decir, escuchan sermones y conferencias no para crecer sino para brillar más cuando les toque hablar.
1. Tienes reacciones desproporcionadas
Se cayó internet, se te fue la señal del celular o el tecladista no tocó en el momento justo y es como que se murió tu mascota de toda la vida o que alguien le pegó a tu mamá. Esto es una clara indicación de cansancio.
¿Qué puedes hacer?
Stop. Mira la cancha.
Creo que leer lo anterior e identificar tu propio cansancio ya es una gran ayuda y en cada una de esas denuncias reside también la solución: comienza a hacer lo que NO estás haciendo y deja de hacer lo que si estás haciendo y no debieras.
Ponte a estudiar. Dedica más tiempo a una lectura que te enriquezca y te desafíe. Aprende a decir que no. Toma un día a la semana para hacer por unas horas algo totalmente diferente a lo que haces el resto. Escoge algunos eventos estratégicos para equiparte. Y sácate la capa de Superman o las botas de la mujer maravilla. Tú no vas a arreglar todos los problemas de la gente de tu iglesia, y ese no es tu trabajo.
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Lucas Leys
Es el fundador de e625.com y tiene más de 25 años de experiencia en el discipulado de nuevas generaciones habiendo trabajado en distintos países, estilos de iglesia y circunstancias. Lucas es autor de más de 20 libros y es considerado una de las principales fuerzas de cambio en la pastoral de nuevas generaciones en el mundo.