Que la educación escolar comience a los 6, no es casualidad. A los 6 estamos listos para compartir el centro de atención y también lanzarnos a las más salvajes aventuras de la imaginación. Desde los 6 a los 9 el mundo ahora es muy concreto. Que todo sea justo es fundamental y por eso de parte de los padres, educadores y la iglesia se requiere consistencia. Así como los niños comienzan a aprender de matemáticas, también pueden aprender como en ninguna otra etapa acerca de la bella historia de Dios revelada en su palabra.

Si todos los niños que pasaron por una iglesia se congregaran, las iglesias serían más numerosas. A muchos los perdimos en el paso de la niñez a la preadolescencia por no haber planificado una transición inteligente. Hasta que son adolescentes nuestros hijos se involucran en la iglesia por disposición familiar. Claro que opinan si les gustan las actividades, pero todavía no llegaron a la autonomía de sus convicciones y por eso no se puede evaluar su madurez espiritual solamente por cómo se portan en las reuniones. La familia y la iglesia pueden establecer un lazo poderoso cuando anticipan los cambios de etapa haciendo ajustes de expectativas ante cada nueva transición.

Cada etapa del desarrollo necesita un abordaje pastoral pertinente. Los preadolescentes no son universitarios y los adolescentes no son niños ni tampoco adultos y por eso el sistema pedagógico con unos y con otros no puede ser igual. Si las reuniones de preadolescentes son iguales a las de los universitarios, no debería sorprendernos que unos u otros o ambos se desilusionen de la Iglesia cuestionando los valores familiares. Debemos ser sensibles a cada etapa y seguir descubriendo lo que Dios estableció para la maduración saludable de cada individuo según la etapa en la que se encuentra.

Las nuevas generaciones necesitan ser pastoreadas y trabajar con ellos no es tarea de líderes primerizos abandonados en esfuerzos paralelos a los de la iglesia completa. Los pastores de iglesias que crecen reconocen la urgencia de invertir tiempo y recursos en el trabajo con las nuevas generaciones y la vitalidad de una visión intencional respecto al discipulado de niños, preadolescentes, adolescentes y jóvenes que involucre a toda la familia.

La familia y la iglesia no deben ser dos esfuerzos paralelos. Cuando los maestros de niños y líderes de jóvenes no involucran y sirven a las familias se pierden a la principal plataforma de influencia. La iglesia y la familia pueden trabajar de la mano como cómplices en la formación espiritual de las nuevas generaciones. La familia siempre fue el Plan A de Dios y la iglesia debe ser una extensión y un apoyo a la influencia familiar o un refugio cuando en las familias no reina Cristo.

En Colosenses 1:28 Pablo aclara que enseña para que cada estudiante llegue a la madurez (Teleios). La tarea educacional de la iglesia no es entretener a la nueva generación con lindas reuniones sino discipularles hacia la madurez integral que modeló Jesús. Los seres humanos tenemos una dimensión social, intelectual y emocional a la vez que espiritual, e incluso una dimensión física y todas están entrelazadas en un precioso diseño divino que debemos respetar para facilitarles una vida plena en Cristo.

Nuestra Historia

Especialidades 625 nació como Especialidades Juveniles con la primera Convención Internacional Liderazgo Juvenil celebrada en Buenos Aires en Septiembre del 2001.

El Dr. Lucas Leys había comenzado este sueño de dar herramientas especializadas a los líderes juveniles de Iberoamérica unos años antes al trabajar en la evangelización de adolescentes y notar que muchas Iglesias no estaban preparadas para asimilar a adolescentes que no vinieran de hogares cristianos y que muchas aún tenían problemas por retener a sus hijos. Por esa razón, Lucas se fue a los Estados Unidos a prepararse para desarrollar un esfuerzo global con la misión de ayudar a las iglesias a tener líderes equipados para trabajar con las nuevas generaciones.

Años más tarde Lucas llegó a ser el Presidente de Editorial Vida con quienes publicamos casi una centena de materiales pero inquieto respecto al futuro de la Iglesia, buscando la guía de Dios y comprometido con el estudio entendió que el paradigma heredado de las misiones norteamericanas  del siglo XX por el que se divorciaba el ministerio de niños al ministerio de jóvenes era un error. Lucas comenzó a discernir una visión de progresión continuada desde la niñez consciente hasta el comienzo de la adultez que luego dimos en llamar LIDERAZGO GENERACIONAL© y debido a eso Especialidades reemplazó el “juveniles” por el 6-25 en nuestro nombre.

Hoy e625 tiene presencia en todos los países de habla hispana del mundo sirviendo a miles a través de esta web, de literatura especializada,  del Instituto online 625 y realizando seminarios, foros y retiros a través de equipos e iglesias anfitrionas alrededor del mundo.