
La Navidad y el marketing de Dios
noviembre 22, 2025
DEVOCIONALES – Reflexiones acerca de la llegada de Jesús
noviembre 22, 2025Abundan los estudios que marcan una gran tendencia de la gente a sentirse abrumada durante la Navidad. ¿Qué hace que esta fecha sea un momento tan desafiante? Quizás sea una época del año muy estresante porque demasiadas personas dicen “sí” a todo (incluyendo gastar, comer y esforzarse demasiado, entre otras cosas).
No es fácil negarse a propuestas de otras personas, especialmente durante las fiestas; sin embargo, a veces esto es saludablemente necesario. En lugar de decir “sí” a cada invitación o solicitud, aquí hay algunas formas sencillas de decir “no” y mantenerse en paz esta Navidad.
- Simplemente di “no”
Aunque pueda parecer más fácil decir “sí” o poner una excusa para evitar un conflicto, decir “no” es un principio bíblico. Según Mateo 5:37, “simplemente diga un simple: ‘Sí, lo haré’ o ‘No, no lo haré’. Todo lo que vaya más allá de esto proviene del maligno”. Para que la Navidad de este año sea un poco más tranquila, comienza a naturalizar el hecho de decir algunos “no”.
- “Esta vez te agradezco, pero no”
Rechazar amablemente una invitación a una fiesta o no comer el postre especial de alguien en Navidad está bien. No hay necesidad de sentirse culpable o preguntarse si los sentimientos de la otra persona pueden resultar heridos al rechazarlos de manera respetuosa pero clara.
- “Déjame responderte luego”
Si no estás seguro de decir “sí”, no reacciones instintivamente cediendo a la presión. Tómate uno o dos días para decidir si es factible. Tener tiempo para pensar, orar y discutirlo con otras personas (como tu cónyuge, tus hijos o hasta incluso un consejero) te brindará la claridad que tanto necesitas.
- “Tengo otros planes, pero nos vemos pronto”
Otra estrategia es programar actividades que tengan que ver con tu cuidado personal, como ir al gimnasio, dar un paseo sin apuros, pasar tiempo de calidad en familia con los niños o tu pareja. De esa manera, será más fácil no aceptar más cosas si ya hay algo programado. Al hacer del cuidado personal y de la familia una prioridad, la Navidad será menos estresante.
- “Siempre he sido anfitrión, pero no podré hacerlo este año”
La Navidad es una época de tradiciones. Pero tal vez sea demasiado recibir a toda la familia este año. La mejor manera de dar la noticia es transmitir la voluntad de ayudar de otra manera. Tal vez puedas decir: “Si podemos hacerlo en otro lado, yo puedo ayudar con la cocina”.
- “No tengo margen para eso en mi presupuesto”
Diles a tus familiares y amigos con anticipación cuáles son tus posibilidades y limitaciones presupuestarias para compras regalos y actividades, así ellos saben qué esperar y programar. Cuando un hijo o un nieto te pida un regalo caro, sé honesto con él y pregúntele si hay otra opción que le gustaría además de esa.
- “Voy a ir de visita, pero me alojaré por mi cuenta”
¿Estás deseando ponerte al día con tu familia y amigos que viven en otra ciudad, pero no quieres tener que lidiar con su consumo excesivo de alcohol o su comportamiento discutidor? Tener un lugar al que retirarte evitará que esta situación se pueda convertir en una pesadilla. Si las cosas se ponen tensas, mantén la calma y regresa al hotel o lugar de alojamiento para un merecido descanso.
- “No me siento cómodo con eso”
Es fundamental comunicar los límites con claridad a la familia y a los amigos, y luego actuar en consecuencia cuando esos límites se traspasen. Si te mantienes firme al decir “no”, la gente lo respetará o entenderán tus posteriores decisiones.
- “Eso no es algo que voy a discutir ahora”
Ya sea por política, por deportes o por sacar a relucir problemas del pasado, seamos realistas: las reuniones navideñas suelen ser el momento en el que surgen conflictos. Antes de asistir a un evento con familiares y amigos, piensa en cuál sería la respuesta adecuada si surge una de esas discusiones de las que no quieres ser parte. Así que, sin importar lo tensas que se pongan las cosas, mantén la calma y responde en lugar de reaccionar.
Por último, que nunca nos pase a nosotros perder de vista lo más importante de todo y lo fundamental en estos días festivos. La Navidad en última instancia no se trata de otra cosa que de celebrar el nacimiento de Jesús. Él vino a traernos salvación y liberarnos de nuestros pecados, ataduras y vicios. Que vivamos en carne propia esa libertad gloriosa y que la podamos contagiar a cada uno de los que interactúen con nosotros en esta época tan propicia para hablar de Dios.
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