Invirtiendo en nuestros sueños
septiembre 22, 2016¿Eres impulsivo o reactivo?
septiembre 22, 20161 Samuel 17:16
“El filisteo salía de mañana y tarde a desafiar a los israelitas, y así lo estuvo haciendo durante 40 días”.
En 1 Samuel 17 encontramos unos de los relatos más apasionantes de la Biblia: el enfrentamiento entre Goliat (el experimentado guerrero, el campeón filisteo con casi tres metros de altura y 72 kilos de armadura y músculos brillosos e imponentes), contra el joven pastor de ovejas llamado David, el muchacho que tiene un corazón como el del Señor. El Rottweiler contra el Caniche Toy.
¿Cuántas probabilidades había de que David triunfara?… Muy pocas.
Los gigantes en nuestra vida nos quitan la paz, se adueñan de nuestra felicidad. Si me enfoco en los gigantes voy a tropezar, si me enfoco en Dios caen los gigantes.
Nuestros gigantes no llevan espada ni escudo, pero vienen en forma de soledad. Tu gigante quizás es un abuso sufrido en la niñez, tu gigante quizás es la depresión. Los gigantes están en todas partes, en la facultad, en el hogar, en la oficina.
David tomó cinco piedras del arroyo, yo te invito a que tomes cinco decisiones. Necesitamos cinco piedras para prevalecer sobre nuestros gigantes.
1) LA PIEDRA DEL RECUERDO
1 Samuel 17:34-36.
“David le respondió: a mí me toca cuidar el rebaño de mi padre. Cuando un león o un oso viene y se lleva una oveja del rebaño, yo lo persigo y lo golpeo hasta que suelta la presa. Y si el animal me ataca, lo sigo golpeando hasta matarlo. Si este siervo de Su Majestad ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo pagano, porque está desafiando al ejército del Dios viviente”.
Mientras todos temblaban, David recordaba: Dios le dio fuerzas para luchar contra un león y un oso, ¿no haría lo mismo con el gigante?”.
“Escribe las preocupaciones en la arena, talla las victorias de ayer en piedra”.
Somos de memoria frágil, la amnesia nos hace cobardes, temerosos, preocupados; recordar las victorias que Dios nos ha dado nos llena de confianza.
1 Crónicas 16:12: “Recuerden las maravillas y los milagros que ha realizado”.
Hagamos una lista con los triunfos de Dios, ¿acaso no hemos sido testigos de su cuidado, de su provisión?
En el Salmo 77 encontramos el relato de alguien desesperado, que duda de las bondades de Dios, pero en el verso 11 y 12 da un giro y dice, “antes que deprimirme prefiero acordarme de todo lo que ha hecho el Señor, siempre están en mis pensamientos tus obras poderosas”. Tenemos un problema y pasamos horas y días pensando lo mismo; damos vueltas sin encontrar una salida y es ahí cuando nuestra fe se debilita, nuestra mente se satura de pensamientos pesimistas y proyectamos un lamentable final.
Cada uno tiene la autoridad de decidir lo que va a pensar, lo que va recordar. Puedo recordar experiencias desagradables o experiencias placenteras. David apeló a este recurso y esta decisión lo llevó a levantarse de la situación en que se encontraba. Dejo que me maten los gigantes o recuerdo las maravillas del Señor: la misericordia que ha tenido, lo que ha hecho en nuestra vida, cuando me hizo libre, cuando me sanó y ese recuerdo traerá la fe y la esperanza que necesito para los momentos difíciles.
2) LA PIEDRA DE LA ORACIÓN
Efesios 6.18 Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes[a]
Antes de pelear hay que prepararse en oración, no podemos enfrentarnos a nuestros gigantes si no oramos. David era un hombre que tenía una relación diaria con Dios.
No hay cristianismo sin oración, el problema es que no oramos. La oración para muchos de nosotros es casual, circunstancial, la tenemos reservada para tiempos de crisis. Cuando tengo un problema que yo no puedo resolver entonces sí se lo entrego al Señor.
La Biblia dice que la oración debe ser permanente. En Mateo 7:7 dice: “permanezcan todo el tiempo pidiendo, porque si así lo hacen permanecerán todo el tiempo recibiendo, permanezcan todo el tiempo buscando porque permanentemente estarán hallando, permanezcan todo el tiempo llamando, porque todo el tiempo se les abrirán puertas de oportunidad”.
Una de las mentiras que el diablo quiere que nos traguemos es que Dios no se interesa por nosotros, que Dios es alguien distante, impersonal, indiferente. Pero desde las primeras paginas del Génesis hasta las ultimas paginas del Apocalipsis encontramos a un Dios que quiere mantener una relación íntima con cada uno de nosotros.
Cuando practico la presencia de Dios tengo paz y puedo permanecer en pie.
Pide la ayuda de Dios, toma la piedra de la oración y no abandones.
3) LA PIEDRA DE LA PRIORIDAD
Para David había algo que era innegociable, algo que él cuidaba celosamente y eso era el nombre del Señor; nadie difamaría a su Señor. Papo (un cantante de blues argentino) decía “que nadie se atreva a tocar a mi vieja”. David decía “que nadie se atreva a insultar el nombre del Señor”.
1 Samuel 17:45: “Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, a quien tú has provocado”. Hay una gran indiferencia hacia la soberanía de Dios en nuestros días. Dios todo lo puede, todo lo sabe, está en todas partes al mismo tiempo, por lo tanto es soberano. Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar, lo primero que hizo fue enseñarles a honrar a Dios: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”.
David habla todo el tiempo de Dios, siempre se corre de la escena para que aparezca el Señor; David es un especialista en conocer a Dios, nosotros somos especialistas en detallar nuestros problemas.
David vio en Goliat una oportunidad para que el poder de Dios de pudiera mostrar. Nuestros problemas son una oportunidad para que Dios se muestre, aun nuestro pecado es una oportunidad para exhibir la gracia de Dios. Tus problemas matrimoniales pueden ser una muestra de que el Señor resucita lo que está muerto, por ejemplo. Veamos nuestra lucha como una oportunidad para Dios.
Dios tiene la supremacía sobre todo, anunciemos el nombre de Dios.
4) LA PIEDRA DE LA PASIÓN
1 Samuel 17:48-49
“En cuanto el filisteo avanzó para acercarse a David y enfrentarse con él, también éste corrió rápidamente hacia la línea de batalla para hacerle frente. Metiendo la mano en su bolsa sacó una piedra, y con la honda se la lanzó al filisteo, hiriéndolo en la frente. Con la piedra incrustada entre ceja y ceja, el filisteo cayó de bruces al suelo”.
Dice la biblia que David corrió, no para escaparse, sino para encontrarse con el gigante. David era un hombre apasionado.
Cuando hay pasión no renuncio ante el primer impedimento. La comodidad y el conformismo son enemigos de la pasión, del crecimiento. Debemos estar dispuestos a quebrar la comodidad, a ir por más, a reclamar lo que es nuestro, a pelear por lo que esperamos.
Cuando no hay pasión en lo que hago me gana la rutina, el aburrimiento, entro en una meseta. Hay personas que ven cómo la vida se les pasa delante de sus ojos. No aprovechamos los años, se nos escapa la vida sin lograr nada. A cada paso hay que agregarle pasión e innovar (el factor sorpresa). En las relaciones de pareja la relación se torna aburrida si no hay pasión; se discute siempre por lo mismo, se llegan siempre a las mismas conclusiones.
Vivamos cada día como una ocasión especial, con pasión, con alegría. La alegría es la capacidad de disfrutar; volvamos a apasionarnos con Dios, con nuestra fe, con nuestro ministerio, con nuestra familia.
5) LA PIEDRA DE LA PERSISTENCIA
2 Samuel 21:20-22
“Hubo una batalla más en Gat. Allí había otro gigante, un hombre altísimo que tenía veinticuatro dedos, seis en cada mano y seis en cada pie. Éste se puso a desafiar a los israelitas, pero Jonatán hijo de Simá, que era hermano de David, lo mató.
Esos cuatro gigantes, que eran descendientes de Rafá el guitita, cayeron a manos de David y de sus oficiales”.
¿Será que David agarró cinco piedras lisas del arroyo porque sabía que Goliat tenía 4 enormes y poderosos hermanos?
Esto nos habla de que nunca debemos abandonar la pelea. Puede ser que una oración no sea suficiente, quizás una disculpa no sea suficiente, quizás un día o un mes de determinación no sean suficientes.
Tal vez te derriben una vez o dos veces, pero no te apartes, mantente buscando piedras, balanceando la onda.
David tomó cinco piedras, cinco decisiones. Cada vez que Goliat te despierte busca una piedra.
No importa el tamaño de tu enemigo ni su nombre. Si somos capaces de no renunciar el triunfo será nuestro en el nombre del Señor. Puede ser que algún negativo te diga: “¿Hasta cuando seguirás insistiendo?”. Dile: “Hasta que se cumpla”. Quizás estás a un metro de tu oro, de lo que buscas, de lo que esperas, de ese trabajo que estás esperando, del amor de tu vida.
La carrera de la vida no es una carrera de velocidad, es una carrera de resistencia; y mientras corro llevaré una antorcha encendida, porque no hay nada más triste que terminar la carrera de la vida sin el fuego del Señor.