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Hace varias semanas, una chica me escribe dándome las gracias por el fin de semana de enseñanzas que compartí en el campamento de su iglesia. Pero, que a su vez, necesitaba decirme algo que se le había quedado en el tintero para charlar conmigo.
Es su mensaje, me compartía el asombro que le produjo la seguridad que tenía de mi misma: al enseñar y conversar con los otros. Ella expresaba que me miraba y le decía a Dios: “quiero estar así de segura de: ¿Quién soy y de cómo me hiciste? Pero hoy, ¡me siento lejísimo de eso!” Y finaliza con la pregunta: ¿Cómo viviste ese proceso en tu vida? Entonces le respondí lo siguiente:
La inseguridad es la ausencia de confianza e incapacidad de habilidades. La seguridad que tengo ha sido un proceso de entender y aceptar de que Dios es más que suficiente. Todo comienza con la identidad. Como enseñaba el campamento; la identidad se forma de 5 cosas: mi diseño, mis relaciones, mis circunstancias, mi conciencia y mis decisiones.
Cuando yo visualizo en un plano completo de estos 5 aspectos y cómo están interactuando entre si; puedo decir o comprender cuán segura soy. Si no acepto mi diseño biológico, mental y emocional, si no valoro lo que soy y permito relacionarme con personas que no me respetan y no aportan nada positivo, si no me amo a pesar de lo que me han hecho o he vivido, si no me perdono por las decisiones equivocadas que hacemos y si no creo en mi y las capacidades que tengo para vivir abundantemente feliz. ¿Quién lo hará?
Así que en mi vida, llegó el momento en que pude colocarme en el plano macro de mi vida y observé estos 5 aspectos. ¿Qué descubrí? Que era una persona llena de inseguridades con una identidad robada. Dejando que actitudes externas incorrectas plantara una falsa seguridad. Que ante otros era la de carácter fuerte pero al llegar a la soledad de mi casa, me veía totalmente débil. Y me cansé que otros decidieran mi destino por mi. Así que decidí fortalecer mi interior ¿Cómo? Buscando la visión Dios de mi en Cristo: soy aceptada, valorada, amada, perdonada y decidí creer que lo que Dios cree de mi. Soy la niña de sus ojos.
En otras palabras Dios es más que suficiente para mi Identidad. Esto tomó tiempo de aceptación de mi condición y la decisión de que querer cambiarlo. Romanos 8: 27-29 dice: “Dios nos conoce mucho mejor que nosotros mismos … Es por eso que podemos estar tan seguros de que cada detalle de nuestras vidas de amor hacia Dios es trabajado en algo bueno. Dios sabía lo que estaba haciendo desde el principio. Decidió desde el principio dar forma a las vidas de aquellos que lo aman por las mismas líneas que la vida de su Hijo. El Hijo está en primer lugar en la línea de la humanidad que el restauró. Vemos la forma original y el destino de nuestras vidas en él.”
Así que se puede lograr la seguridad, si aceptas y decides que Dios te restaure y reinicie tu identidad en Cristo. Somos producto de un pasado, pero no prisioneros de él. Tenemos que tener valor de dejar atrás nuestro pasado y valor para seguir adelante. Primer paso, aceptar que quieres que Dios haga tu nueva identidad y segundo, decidir aprender ser como Cristo. Saber ganar la seguridad, es permitir que la influencia interna en nuestra vidas del Espíritu Santo sea manifiesto: Los frutos del espíritu. Y que la influencia externa es reflejar: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio como muestra de la seguridad de que Dios es más que suficiente en nuestras vidas. “Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda, por eso no tendré miedo. ¿Qué me puede hacer un simple mortal? Hebreos 13:6