¿Piedras o perlas?
septiembre 22, 2016Somos Hijas
septiembre 22, 2016Efesios 4:22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
Efesios 4:23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
Efesios 4:24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Tal vez le haya sorprendido el título de esta meditación, pero continúe leyendo, que a la verdad no estoy muy lejos de lo que implica. Me imagino que se estará preguntando, ¿tendría el apóstol Pablo algún conocimiento de modas? En el libro de Hechos de los Apóstoles, en el capítulo dieciséis, se nos presenta que una de las primeras conversas del apóstol fue Lidia, una vendedora de telas finas y costosas, originaria de la ciudad de Tiatira. Pablo posó en su casa en su proceso de discipulado como se desprende de los versículos catorce y quince: “Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos” ¿Habría aprendido algo de costura allí el apóstol Pablo? No lo sabemos; pero sus escritos nos recomiendan que todo cristiano debe tener una moda particular y ser visto con un ropaje de alta costura.
Cuando Pablo en sus escritos habla del “nuevo hombre” (término teológico para describir la nueva naturaleza que quiere desarrollar Dios en el creyente) consistentemente utiliza expresiones como: “ponerse, vestirse, colocarse”. El verbo griego utilizado en estas expresiones es “endúo” (ἐνδύω, Diccionario Strong Hebreo – Griego) en el sentido de hundir en un vestido; investir con ropa; literalmente o figurativamente:-poner, revestir, vestir, investir. Pablo repetidamente usa la metáfora de “ponernos y de vestirnos” cuando nos habla de adoptar el estilo de vida que corresponde a un seguidor e imitador de Cristo. Así también, el uso de la metáfora es válido cuando nos invita a “quitarnos y despojarnos” del viejo hombre, símbolo del estilo de vida y pensamiento mundano.
Véalo por usted mismo; en Colosenses capitulo tres, versos nueve y diez dice: “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno”. También en Efesios capitulo cuatro, versículos veintidós al veinticuatro el apóstol nos invita a que sean las prendas del nuevo hombre las que nos distingan, cuando señala: En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Así que para el apóstol Pablo un cristiano o una cristiana distinguida no es aquel o aquella que viste de las tiendas más afamadas de moda, de los diseñadores más cotizados, ni tampoco que luzca las prendas y los adornos que dicta el último grito de la moda, sino aquel o aquella que ha permitido que el Espíritu Santo sea su modista, “poniéndole” las vestiduras de santidad del nuevo hombre en Cristo Jesús, Señor nuestro.
¿Tengo o no tengo razón? En ese fashion show todos tenemos que participar para ir a la presencia de Dios. Así que, revistase del ropaje más hermoso, el de la santidad, el de la justicia y la verdad, que es el ajuar que a nuestro Señor agrada. Por eso cada día, permita que la obra que ha empezado el Espíritu Santo en usted sea perfeccionada. El sabe cuál es el “look” que a usted y a mí nos conviene lucir. Recuerde que nos estamos preparando para el desfile de modas más importante de nuestras vidas. Un día seremos transformados a la imagen y semejanza de ese varón perfecto que es Cristo. Yo quiero estar allí y espero que usted también. Adelante, que la pasarela de la salvación nos espera.