Cómo dejar de mirar el futuro con la nuca
septiembre 22, 2016Un liderazgo emergente saludable
septiembre 22, 2016En el mes de Septiembre tuve la oportunidad de asistir a la sexta Convención Internacional de Liderazgo Juvenil de Especialidades Juveniles en Mendoza.
Este fue el sexto año que Especialidades Juveniles ofrece la Convención y, afortunadamente, he podido asistir a todas. Las convenciones ofrecen entrenamiento extraordinario para líderes juveniles a través de talleres, sesiones generales y foros. Sin embargo, para mi lo mejor ha sido los tiempos que he podido aprovechar con diferentes expositores.
Por ejemplo, este año invité a Brian McLaren, conocido autor y pastor de EEUU a almorzar. Yo quería conocer y conversar con una persona que me ha ayudado en mi vida espiritual a través de sus libros. Pasamos un par de horas juntos comiendo un buen bife-chorizo y una linda botella de malbec y platicamos de la vida, el mundo y la iglesia. ¡Fue un tiempo increíble! Lo compartí con mis amigos después y algunos se burlaron de mí repitiendo varias veces a todos a nuestro alrededor: “¿No escuchaste? Aaron almorzó con Brian McLaren. ¡Si, es verdad! ¡Con Brian McLaren!” Tuve que reírme no más, pero de todas maneras, valió el acoso verbal y emocional por lo que recibí de ese encuentro.
Esta fue una de muchas oportunidades que he aprovechado para conocer y compartir personalmente con gente que han impactado mi vida de lejos. Cada vez que tengo la oportunidad, me esfuerzo para conseguir un tiempo con alguien nuevo. A lo mejor tú me preguntas ¿Por qué? ¿Es para tener otra firma u otra foto con alguien famoso o para decirles a todos con quien te juntas? Te digo la verdad, nunca me saco fotos con ellos y la única firma que a veces pido es de autores y que firmen un libro. Veo estos tiempos como mini-momentos de mentoría. Te sugiero que puedas también aprovechar de ellos. Te quiero compartir tres razones y/o beneficios por los cuales debes perseguir estos mini-momentos de mentoría.
Un toque de realidad
Lo primero que vas a aprender cuando hablas con ellos es que son personas igual que tú. A veces (o casi siempre) tenemos sólo ideas de quienes son estas personas que nos hablan desde el escenario o que nos escriben libros. Pensamos en ellos como héroes o “grandes siervos de Dios”. Cuando tienes unos minutos para hablar con ellos o, si se da el tiempo y puede pasar una tarde juntos, verás que son seres humanos comunes y corrientes. A veces me ha tocado conocer a alguien y al final ni siquiera quiero pasar tiempo con ellos porque a conocerlo en persona fue una decepción. He aprendido como NO quiero ser a través de eso mini-momentos de mentoría, por ejemplo, que no quiero ser tan orgulloso o creído. A veces es refrescante conocer a alguien y darse cuenta de que son iguales en persona que cuando están enseñando.
Algo más allá que un sermón
Las predicaciones son para todos, pero cuando tienes el tiempo, aunque sea por 5 minutos, tu puedes preguntar lo que quieres, por eso, no gastes tiempo en sacarte una foto con la persona. Lo que hago es ir con una lista corta de preguntas que quiero hacer, no siempre puedo hacerlas todas, pero voy listo para sacar el jugo de ese tiempo. Si la persona con quien tengo el privilegio de conversar es experto en cierta área, me gusta preguntar acerca de algo relacionado con su tema. También hago preguntas acerca de su vida, sus gustos y pasatiempos para conocerlo más como persona. Muchas veces en esas preguntas puedes conocer las verdaderas pasiones de las personas. Hay que tener cuidado y no hacer preguntas demasiado intimas cuando recién has conocido a la persona, pero mi experiencia ha sido que, en general, les gusta hablar de su vida.
Te enseña como tratar a los que quieren hablar contigo
Si eres un líder de jóvenes, va a haber chicos que quieren conocerte más, va a haber jóvenes que se acercan después de una reunión y quieren pasar tiempo contigo no importando que no seas un expositor famoso. Cuando buscamos a personas para poder pasar tiempo con ellos, algunos nos van a rechazar o van a decir que no tienen tiempo, puede ser frustrante y nos puede hacer sentir mal. Me ha pasado más de una vez que, acercándome a una persona a quien respetaba mucho por sus sermones, no me infló nada. Sin embargo, muchos me han recibido y he disfrutado un buen tiempo con ellos. Tú tienes que decidir que tipo de persona vas a ser. Mis experiencias me han enseñado que quiero recibir a las personas que quieren pasar un tiempo conmigo. Yo quiero dar a otros lo que he recibido.
Hay que aprovechar estos momentos al máximo, quién sabe lo que podría salir de estos breves encuentros. Sé que para mí, muchas han sido provisiones de aliento y ánimo. Dios obra a través de personas. Le conocemos más a Él a través de conocer a sus seguidores. Si eres líder de jóvenes y quieres impactar a tus chicos, tienes que buscar la forma de ser impactado. Estos mini-momentos de mentoría no son la solución, sino una manera de seguir alimentando tu corazón para que tú tengas algo más para dar.