3 verdades para explicarles a los niños en Semana Santa
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marzo 31, 2024Probablemente a lo largo de los años hayas leído más que suficiente acerca de la Pascua. Si es así estarás bien al tanto del concepto del sacrificio sustitutivo de Jesús y del origen de pesaj, palabra hebrea que nos habla de saltar, pasar por alto o evitar. Eso fue lo que ocurrió cuando Dios se salteó y pasó de largo las casas de aquellos que habían marcado los dinteles de sus puertas con la sangre del cordero ofrecido en sacrificio, para que sus primogénitos no muriesen en la décima plaga de Egipto.
Esto constituye sin dudas, una de las verdades teológicas fundamentales de la fe cristiana. Pero hoy quisiera proponerte que hagamos una especie de ejercicio inverso y mirándonos al espejo nos preguntemos como cristianos, como líderes y como iglesia: ¿nos estaremos pasando algo por alto en una fecha como esta?
No pasemos por alto la oportunidad
En Semana Santa la iglesia está decididamente en “temporada alta”. Para nada estoy juzgando mal a quienes se toman unas vacaciones. Si puedes hacerlo y lo necesitas, bienvenido sea el descanso, pero lo que no debería ocurrir es que la iglesia como comunidad descanse en semana santa. ¡En temporada alta es cuando más se trabaja!
Todo el mundo occidental en mayor o menor medida sabe lo que se está celebrando en estos días. Al menos conocen el título de la nota. Tenemos una gran oportunidad para darles contexto y un poco de desarrollo y detalle a ese simple titular. No es el momento para cerrar las puertas y meternos dentro de la iglesia a hacer desayunos de resurrección entre nosotros, celebrar la santa cena entre nosotros, predicarnos entre nosotros, cantar entre nosotros y hacer vigilia entre nosotros.
Aprovechar la temporada alta implica que, más que nunca, tenemos que darle a la gente más respuestas para que puedan darle forma un poco más concreta a la borrosa imagen que tienen del por qué y el para qué de la Pascua.
No pasemos por alto la cultura
En épocas de post-cristianismo donde poco a poco seguimos girando hacia una sociedad que ya no necesariamente conoce al cristianismo y sus fundamentos como los conocía hace 30 años, la Pascua nos da la oportunidad de entablar un diálogo con la cultura de nuestra ciudad.
No demos por sabido lo que a nosotros nos parece obvio. Recuerda: probablemente sepan solo el título, pero no mucho más que eso. Lo cual lejos de ser una desventaja puede terminar aprovechándose como una gran oportunidad. Habrá personas, en especial menores de 30 años, que tal vez escuchen la historia con algún detalle por primera vez en su vida.
Si consigues conectar con ellos, quizás cuentes con la ventaja de lo desconocido y el viento a favor que eso conlleva. En otras palabras, es probable que dé mejores resultados hablar sobre lo esencial de la cruz y la resurrección, y el increíble impacto que puede causar en nuestra vida, que hablar sobre el cordero sin mancha como tipo de Cristo y por qué Melquisedec toma verdadero significado al conectarlo con el Sumo Sacerdocio de Jesús. Menos es más. Ya habrá tiempo para profundizar luego. La cultura necesita una conversación amena y entendible sobre el propósito de la vida.
No pasemos por alto la variedad
Amigos, no todo se limita a hacer reuniones con canciones congregacionales y un mensaje del pastor (te lo dice un pastor). ¿Qué elemento inspirador podemos usar para que Dios trabaje en lo emocional de la gente? ¿Cómo podemos involucrar otras expresiones de arte para ilustrar los eventos de semana santa? ¿Qué tal si en vez de hacer solo las reuniones del domingo, nos animamos a crear un evento el viernes o el sábado?
Sugiero algunas ideas. Por ejemplo, en nuestra iglesia, el sábado vamos a hacer un recorrido que llamamos las 7 estaciones de la cruz, con la idea de sumergirnos en la historia e interactuar con los sentidos. Por grupos, vamos a llevar a la gente por distintos ambientes, en cada uno enfatizando un elemento, leyendo el pasaje acorde, mostrando alguna escena en video y haciendo una mínima reflexión. Espinas, vinagre, clavos, tirar los dados, ladrones, muerte, tumba vacía. Luego, un espacio de conversación en grupos. ¡Hey! No hace falta la gran producción. Lo que hace falta son ganas y visión. Más allá de esta idea, hay cientos de cosas que podrías hacer para que la gente se vaya con algo para pensar.
Que esta semana santa, por un lado podamos recordar lo que Dios pasó por alto en nuestro beneficio eterno, y por el otro, logremos no pasar por alto esa conexión que fuimos llamados a hacer con nuestra generación en esta sociedad actual en la que Dios nos puso.
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