El gran culto interdenominacional
septiembre 22, 2016¿Quién necesita innovación?
septiembre 22, 2016Quiero confesar que la idea de este artículo no es 100% mía, es más, el título se lo robé a un amigo que me dijo haber predicado algo similar en algún momento de su ministerio.
Pero quise reproducir o masterizar su idea y plasmarla en este artículo.
Este es un trabajo subjetivo, no soy un santo, pero tampoco soy tan malo como para creerme el diablo, pero de todos modos hagamos un esfuerzo por imaginar a don “Luci” presentar cuáles serían sus pautas de trabajo si le pidiéramos que ocupara un lugar en el liderazgo de la iglesia.
Estimados miembros de la iglesia
Presente
Mi nombre es Satanás, pero me pueden decir como quieran, desde “Lucifer” hasta el “cola de flecha” para los amigos.
Me hicieron esta pregunta , ¿Qué haría yo en la iglesia?
Si me lo permiten, tengo algunas propuestas sobre mi trabajo a desempeñar:
•De partida, no andaría asustando a los cristianos, el susto provocaría que se acercaran más a Dios, es decir “a la competencia”.
•No invertiría mucho tiempo en promover herejías, ese trabajo ya me lo hacen varios predicadores famosos y sin honorarios.
•No sacaría cristianos de la iglesia, me son más útiles tenerlos como colaboradores dentro de ella, promoviendo los chismes, la envidia, las rencillas, la arrogancia y la hipocresía.
•No TRASTORNARÍA los programas de la iglesia, es más, apoyaría muchos de ellos con tal de tener a los cristianos 40 años en la congregación y sin haber TRASTORNADO al MUNDO.
•No impediría la lectura de la Biblia, en tanto que se lea sólo para validar y ratificar dogmas ya asimilados y no para dejarse provocar y escandalizar por aquello que nos exige practicar.
•No impediría la vida de oración, en tanto que ella aparte a los cristianos del mundo y de sus necesidades.
•No impediría que se hable de Jesús, en tanto que sea de “Ese Jesús” que lo amoldaron a los paradigmas religiosos, para así ocultar a ese otro que grita desde los evangelios esperando que lo dejen entrar a la iglesia.
También me dedicaría a 3 misiones fundamentales.
1.- Matar
•Mataría las voces proféticas que denuncian la religiosidad hueca y daría larga vida a los fariseos.
•Mataría a todos los líderes que se ponen el “overol” para trabajar en servicio a los demás y daría larga vida a los pastores y líderes “Empresarios” y “patrones de fundo”.
•Mataría a los juiciosos maestros de la Biblia, a todos aquellos que luchan para que las Escrituras vuelvan a orientar en las realidades tan complejas en que vive el hombre, en cambio, daría larga vida a los maestros que con dos versículos creen dar respuestas acabadas cerrando el diálogo.
2.-Robar
•Robaría la creatividad y la cambiaría por rutina religiosa.
•Robaría el amor a Cristo y lo cambiaría por un amor a las estructuras.
•Robaría el amor por la Iglesia y lo cambiaría por un amor al “edificio”.
•Robaría la defensa legítima de la fe y la cambiaría por una defensa ciega a formas culturales religiosas.
•Robaría el temor de perder la integridad y lo cambiaría por el temor a perder el CARGO que por “TANTOS” años se lleva en la iglesia.
3.-Destruir
•Destruiría la posibilidad de nuevas generaciones de líderes y perpetuaría los cargos vitalicios.
•Destruiría el amor y perpetuaría la indiferencia.
•Destruiría la unidad y perpetuaría la uniformidad.
•Destruiría las convicciones cristianas y perpetuaría el activismo religioso sin reflexión.
•Destruiría las ganas de servir y perpetuaría las ganas de mandar.
•En esencia, destruiría la iglesia desde adentro y dejaría erigido algo parecido a ella, pero sin el Señorío de Cristo, la fuerza renovadora del Espíritu y la compasión del Padre.
Con mucho aprecio
Se despide atentamente
El Diablo