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junio 1, 2020Trabajar desde casa puede ser una bendición pero es todo un desafío. Acá van algunas sugerencias muy útiles para estos días de cuarentena obligada, en la que algunos tienen que seguir manteniendo el ritmo habitual de trabajo que tenían en sus oficinas, pero desde el hogar y rodeado de sus familias.
Prestemos especial atención a los siguientes aspectos:
La ropa que usamos
Trabajar en el mismo lugar en el que vivimos puede generar cierta tentación a la pereza. Es muy común pensar, para quienes no están acostumbrados, que se trata de pasarse todo el día en pijamas. Esto puede convertirse en un grave error. No nos quedemos en pijamas todo el día. Lo más aconsejable para encarar la jornada de trabajo con energía es que nuestra rutina matutina no cambie. Esto significa no sólo que desayunemos como lo hacemos siempre sino que procuremos vestirnos cómodos, pero más o menos como lo hacemos de manera habitual. Esto nos ayudará a generar una predisposición positiva para cumplir nuestra meta diaria de trabajo.
El lugar de la casa que elegimos
Generar un buen espacio de trabajo dentro de casa es otro de los puntos clave para que esta nueva rutina de oficina puertas adentro resulte productiva y agradable a la vez. Sería bueno que cada uno busque replicar, en la medida de lo posible, condiciones similares a las de su trabajo, si es que allí se siente cómodo. Algunos están acostumbrados a trabajar rodeados de personas y otros no. Seguramente las características del hogar serán una limitante, pero podemos ser creativos en reinventar o adaptar espacios ya existentes.
La silla en la que nos sentamos
Por último: prestemos especial atención a la silla que elegimos para trabajar. La cama o el sillón pueden sonar tentadores pero una postura de ese tipo por varias horas, resultará poco saludable y aumentará el riesgo de dormirnos frente al monitor. En ese sentido, una buena iluminación es otro de los puntos que deberíamos cuidar durante este período de trabajo hogareño.
La gente que nos rodea
Si no estamos solo en esta cuarentena, es muy importante comunicarles a los demás miembros de la familia o compañeros de vivienda, la necesidad de que nos respeten el espacio durante el tiempo en que debamos trabajar desde casa. Esto puede implicar modificar ciertas rutinas del hogar o coordinar nuevas pautas de convivencia. Puede ser, incluso, una buena oportunidad para revisar rutinas familiares disfuncionales e incluso dar un paso adelante para avanzar en mejorar nuestros vínculos familiares.
Las posibles distracciones
Los estímulos de una casa no son los mismos que los de un lugar de trabajo. Tengamos mucho cuidado porque es muy fácil distraerse con lo que nos rodea, incluso postergando tareas laborales para ocuparnos de las responsabilidades hogareñas pendientes. Todo esto podría afectar nuestra concentración durante la jornada y preocuparnos si sentimos que nuestra productividad corre riesgo de disminuir o que la rutina diaria no rinde de la misma manera. Lo primero es proponernos respetar el horario de trabajo que nos hemos propuesto, organizando todo nuestro horario diario. Es importante que nos ubiquemos en algún lugar que no presente demasiados estímulos visuales que nos tienten a desviar la mirada permanentemente.
Las pausas que aprovechas
Una linda ventaja que nos brinda la experiencia de trabajar desde casa, es que podemos decidir y programar recreos o pausas durante el día para relajarnos con un buen café, tal como lo hacemos en la oficina, pero con la comodidad de nuestro espacio. En dosis moderadas pero periódicas, estos momentos estimulan la creatividad y renuevan nuestras energías para el resto del día. Estas pausas pueden ser también una magnífica oportunidad para orar y buscar al Señor, disfrutando un buen momento en el que crezcamos espiritualmente.
La monotonía que combatimos
Confinados en nuestros hogares, lo primero que cambiará de nuestra rutina es que ya no viajaremos a la oficina. Lo positivo es que ganaremos valiosos minutos de nuestro día. Lo negativo podría pasar por el riesgo de que los días se conviertan en un sinfín de despertares y atardeceres repetidos y monótonos. Aprovechemos esos minutos en los que solíamos viajar, para compartir un desayuno más largo en familia o a solas, para realizar una actividad que teníamos postergada hace tiempo o para generar una dinámica espiritual familiar que sea realmente disfrutable y enriquecedora. Que nuestra cuarentena no se convierta en una aburrida secuencia de amanecer y anochecer trabajando desde casa.
No dejemos pasar esta oportunidad histórica que se nos presenta sin haberla buscado. Dios siempre tiene un propósito en todas las cosas, y esta no es la excepción. Oremos pidiendo su ayuda y sabiduría para que trabajar desde nuestros hogares sea una experiencia memorable, positiva y bendecida.
Autor: Fernando Altare
Imagen de portada: freepik.com
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