La Flexibilidad. Cualidad indispensable para servir a los preadolescentes
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agosto 16, 2021Creo que a nuestra generación de adultos le gusta quejarse de la iglesia en la que fuimos criados. O le faltaba gracia o su teología estaba equivocada, pero tenemos todo tipo de razones para estar en contra de aquel sistema. Pero me temo que al hacer esto, estamos olvidando algunas de las lecciones invaluables que la iglesia nos enseñó, especialmente cuando éramos adolescentes.
La experiencia en los grupos juveniles fue diferente para cada uno de nosotros, pero seguramente todos escuchamos algunos sermones mientras crecíamos. En ese momento, sonaban monótonos o irrelevantes para nuestras vidas. Hoy, sin embargo, años y años después de que pasó aquella etapa, me sorprendo volviendo a algunas de estas lecciones todo el tiempo. Tal vez su significado y aplicación hayan cambiado, pero sus verdades fundamentales siguen siendo las mismas.
Aquí van cinco lecciones que aprendí en el grupo de jóvenes y que al final ¡resultaron ser ciertas!
- Ir en contra de la multitud
Desearía que la adolescencia hubiera sido la única oportunidad en la que nos enfrentáramos a la decisión de “seguir a la multitud” o no, pero la realidad es que nos enfrentaremos a eso por el resto de nuestras vidas. Elegir vivir para Dios o vivir para otros, es una lucha constante y estoy agradecido de haber tenido líderes de adolescentes que me enseñaron sobre el discernimiento y el gozo que trae vivir para algo que no sea yo mismo y las opiniones de quienes me rodean.
En la edad adulta, te enfrentas a la tentación de seguir a la multitud como cuando eras adolescente, pero ahora, lo que está en juego es mayor. Si tomas decisiones importantes en la vida basándote en lo que hacen o en lo que piensan los demás, eso podría tener un impacto grande en cosas como con quién te casarás, dónde vivirás, cuándo tendrás hijos y qué carrera seguirás. Vivir para los demás se vuelve cada vez más agotador con el tiempo. Es mejor hacer lo que tu líder de adolescentes te dijo desde el principio y dejar de escuchar a la multitud.
- Cuidado con “subir al monte”
En nuestros espacios cristianos siempre se ha usado mucho esta figura de “subir al monte”. A lo largo de la vida cristiana, te sentirás cerca de Dios y luego lejos de Dios. Habrá momentos en los que sentirás que Dios es casi tangible, y luego enfrentarás tiempos oscuros en los que dudarás de su existencia. La clave es no descartar por completo a Dios y a la fe cuando el sentimiento de cercanía desaparezca. Caminamos por fe, no por vista (2 Corintios 7); y caminamos por fe, no por sentimientos.
- La verdadera belleza se encuentra en el interior
Esta es una frase que las chicas escuchamos a menudo especialmente en el grupo de adolescentes. Pero quienes solemos escuchar eso, lo dejamos entrar por un oído y salir por el otro. Es el tipo de enseñanza que requiere experiencia de vida, rechazo y tiempo para creer de verdad. La realidad de que Dios mira el corazón (1 Samuel 16: 7) implica que nos pongamos anteojeras a todos los demás mensajes que existen sobre las mujeres y la belleza.
En mi adolescencia pesaba que esto de que “la belleza se encuentra en el interior”, significaba que debía ser amable e inteligente porque esas cosas duraban más que la belleza externa. Pero tratar de ser amable e inteligente es solo otra forma de “ganarse puntos” y despreciar la gracia por lo que realmente es. La belleza que realmente reside en el interior es la belleza de Cristo, y eso no es algo que te puedas ganar con tu esfuerzo; es un regalo.
- Honrar a tus padres
Efesios 6 lo establece con bastante claridad: “Honra a tu padre ya tu madre… para que te vaya bien y puedas vivir mucho tiempo en la tierra”.
Que te digan que honres a tus padres cuando eres adolescente es quizás la instrucción más molesta de todas. En ese momento, nuestros padres eran los que nos decían lo que teníamos que hacer, como cuándo estar en casa y cuándo salir, si podíamos tener o no un teléfono celular, etc. Suponíamos que debíamos honrar a nuestros padres para que no nos castigaran. Sin embargo, resulta que la instrucción que se da en Efesios 6 es más profunda que simplemente honrar a nuestros padres para evitar meternos en problemas (si así fuera, solo nos estaríamos honrando a nosotros mismos).
Honrar verdaderamente a tus padres es mostrarles respeto, incluso cuando no tienes ganas de hacerlo. Es alejarte de casa, formar tus propias opiniones que pueden diferir de las de tu mamá o tu papá y aun así ser civilizado y amable con ellos y escuchar su versión de las cosas. Es darte cuenta de los sacrificios que hicieron por ti y agradecerles. Es darte cuenta de los errores que cometieron contigo y perdonarlos. El honor es mucho más profundo, y es mucho más difícil, que simplemente seguir un conjunto de reglas.
- La pureza sexual es importante
Puede que no sea una gran fanática del anillo de promesa o de todos los métodos que se han utilizado para enseñar la pureza sexual, incluyendo el uso mismo de la palabra “pureza”, pero la verdad es que el sexo te afecta y el pecado sexual tiene un conjunto de consecuencias que pueden perseguirte como ninguna otra cosa. Te impedirá entablar una relación sana causándote vergüenza innecesaria.
Es casi imposible anticipar la forma en la que tu comportamiento sexual te afectará más adelante en la vida, y la mayoría de las veces, esta lección se aprende de la manera más difícil. Debido a esto, me doy cuenta de que todas las intenciones que mis líderes juveniles tenían al enseñarme sobre el sexo y la importancia de cuidarme en este aspecto, eran buenas y estaban basadas en un conocimiento que ellos tenían y que yo en ese momento aún no podía entender.
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