¡En busca de la hombría perdida!
septiembre 22, 2016Revisión para una proyección de convicción
septiembre 22, 2016Hay preguntas que se responden mejor haciendo otras preguntas primero, y este es uno de esos casos. Hazles las siguientes:
– ¿Qué te apasiona?
– ¿Qué cosas disfrutas hacer?
– ¿Cuándo te sientes con más energía en el ministerio?
– ¿Qué tipo de jóvenes o de amigos te atraen naturalmente?
– ¿Qué puedes hacer muy bien?
– ¿Qué les gusta a tus amigos que hagas?
– ¿En qué cosas usualmente te piden ayuda?
– ¿Cuáles son tus pasatiempos favoritos?
– ¿Qué estudiaste y qué cosas has aprendido?
– ¿Qué experiencias de tu vida Dios puede usar?
Los dones son regalos de Dios, pero creo que también parten de cómo Dios nos diseñó desde que nacimos y de las cosas que nos ha permitido vivir, y por eso considero que estas son preguntas importantes.
Si prestas atención a la Biblia te darás cuenta de que hay diferentes listas de dones espirituales, y se deja en claro que a unos les fueron dados unos dones y a otros, otros (1Corintios 12.7-11). También se aclara que no todos tenemos que tener los mismos dones, y se los diferencia del Fruto que produce el Espíritu Santo en nosotros (Gálatas 5.22-23).
Pero entonces, ahora sí: ¿Cómo puedo saber cuáles son los míos? Dos prácticas básicas:
1. Prueba diferentes maneras de servir a Dios.
2. Pasa tiempo con el Señor. Recuerda que los dones espirituales son habilidades que nos da el Espíritu Santo para facultarnos a hacer la voluntad de Dios.
También hay cuestionarios y tests que algunas denominaciones han elaborado para conocer mejor a los candidatos al ministerio, y claro que también según la Biblia algunos dones pueden venir por imposición de manos de Siervos de Dios (Hechos 19.6), aunque te aclaro que aún en este caso no es para que así recibas lo que tú quieras sino lo que Dios te quiere dar.
La clave final es empezar por lo que tienes a la mano.
El propósito de Dios al darnos dones es que sirvamos mejor a la iglesia, extendamos su reino y podamos relacionarnos mejor con Él, así que si ponemos nuestros esfuerzos en esos mismos objetivos vamos a ir notando que Dios nos va dando capacidades especiales para lograrlo.
Extraído del libro “101 Preguntas Difíciles 101 Respuestas Directas.” – Editorial Vida.
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