El Génesis de las preguntas
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octubre 12, 2020Tal vez el desánimo sea el sentimiento más poderoso que tiente a los grandes hombres y mujeres para abandonar prematuramente el ministerio con las nuevas generaciones. Si puedes aprender cómo navegar entre los altibajos y la corriente del desánimo, algún día podrán apreciarse en tu currículum muchos años de un ministerio eficiente para adolescentes.
El desánimo es algo tan abrupto que en una semana puedes pasar del sentimiento de ser el líder más efectivo sobre el planeta, a querer presentar tu carta de renuncia la próxima semana.
Los motivos del desánimo pudieran ser cualquiera de estos:
»» Muchas llamadas y correos para responder
»» Falta de sueño debido al nuevo bebé
»» Críticas
»» Expectativas equivocadas
»» Falta de apoyo del pastor principal
»» Apoyo mínimo de los padres, otros líderes y voluntarios de la iglesia
»» Incapacidad para complacer a todos
»» Incapacidad de complacer ni siquiera a una persona
»» Cónyuge que no apoya
»» Es lunes a la mañana
¿Mencioné el tuyo? Yo he experimentado todos estos. Algunos me han dejado huellas mientras que otros solo han sido un aguijón. El desánimo es único para cada líder. Básicamente a todos nos fastidia de una manera única. No te rindas. ¡Todavía hay esperanzas!
¿Cuál es la verdad acerca del desánimo?
El desánimo es una realidad en todo ministerio, no sólo el ministerio de adolescentes. Dondequiera que vivan personas, existe el pecado. Donde existe el pecado, abundan los problemas. Donde abundan los problemas, aparecerá el desánimo. ¡Cuenta con eso! Cuando aceptas ministrar, también aceptas experimentar períodos de desánimo. Aquí están algunas realidades ásperas.
El desánimo es doloroso
Muchas iglesias se han convertido en lugares en donde es imposible revelar lo que sientes cuando estás dolido, especialmente si ocupas una posición de liderazgo. Pero que otros líderes no sean transparentes no quiere decir que no estén dolidos. El desánimo duele. Por su culpa puedes echarle un cubo de hielo a tu ánimo, causarle cicatrices a tu corazón, enojarte con Dios, afectar tus objetivos y dañar tus relaciones con los demás.
El desánimo siempre es inoportuno
He descubierto que la frecuencia del desánimo es la verdad más humillante y aleccionadora acerca del ministerio con los adolescentes. En mi experiencia, el desánimo aparece luego del éxito: un retiro poderoso, un programa de alcance dinámico, un viaje misionero que cambia vidas. A menudo las altas espirituales están seguidas de las bajas desanimantes.
El desánimo es egoísta
La verdad más repulsiva es que el desánimo implica un enfoque en mí mismo. Me desanimo por causa de mi situación, por lo que alguien me dijo, por la manera en que me trató un joven, por la forma en que algunos padres me avergonzaron, porque el equipo de liderazgo no confía en mí, porque el pastor cuestiona mi liderazgo. Es todo auto centrado, feo y equivocado.
El desánimo es solitario
Nos engañan las mentiras como estas: “No puedo dejar que me vean de esta manera”, “otros no me querrán ver así”, “yo solo controlaré esto”. Estoy solitario porque evito a los hermanos y hermanas en Cristo, ellos son los que más necesito y los más capaces de ayudarme. A quiénes más necesito es a quienes más tiendo a evitar.
Antes de contemplar el suicidio ministerial o algo peor, vamos a descubrir algunas esperanzas en medio del desánimo.
Esperanza en medio del desánimo
Hay esperanza y, debido a que el Dios del universo está involucrado, esa esperanza es abundante. La luz está allí lista para ti. No pierdas la visión de la eterna luz en medio de la oscuridad temporal. Cuando el desánimo te ataque, cuenta con Dios para usar esa misma época en tu vida para aumentar la eficiencia de tu ministerio.
Personalmente, desearía que Dios usara un método más fácil de madurarnos, pero por alguna razón espiritual, el desánimo parece preceder la eficiencia. Tal vez Dios use períodos de desánimo para llevar tu vida y tu ministerio a lugares más profundos y mejores.
Cuando tú haces un compromiso que perdure, no tendrás la tentación de dejar el ministerio cada vez que te desanimes. Las palabras y pensamientos de desánimo van y vienen, pero el amoroso Padre celestial quiere que sus hijos tengan una nueva perspectiva (Su perspectiva) sobre cómo vivir. Confía en Él y recuerda que él está contigo en tu peregrinaje.
Pasos prácticos para batallar contra el desánimo
Aquí hay algunas verdades que aprendí. Considéralas y personalízalas en oración cuando tu caminar te lleve a la tierra del desánimo.
Ten la confianza de saber que no estás solo. Todos pasamos ciertas luchas, algunos asuntos, algunas vergüenzas, algunos retos. Tú no eres el único que lucha con estas cuestiones, no importa cuáles sean.
Busca a un mentor experimentado, pero neutral. Busca a alguien mayor y más sabio, que se preocupe por ti y se interese en que logres el éxito. Tal vez prefieras que esta persona no sea de tu iglesia para que así puedas contarle con libertad tus experiencias y sentimientos.
Tómate un día libre. Si estás molesto porque se te han perdido algunos detalles, ¡bienvenido al ministerio! Nunca vas a lograr hacerlo todo. Así que sacúdete la culpa y piensa que todos estamos atrasados en el trabajo. Debes reconocer la importancia del mandamiento de Dios para tomar el descanso sabático. ¡No te lo pierdas! Mientras más demores sin tomar un receso, más te durará el desánimo.
Planea un tiempo para estar a solas. Un día a solas, es un día de ministerio que se enfoca en tu corazón y en tu mente. Haz lo posible para tomarte un día libre de trabajo al mes para reflexionar, reagruparte y recargarte.
Duerme lo suficiente. Métete en la cama a una hora decente para leer, pensar, escribir en tu diario y dormir.
Haz un compromiso personal que perdure. Eventualmente Dios me ayudó a comprender que Él quería que lo sirviera fielmente en lugar de insistir en lograr mis propias expectativas. Comencé a experimentar las bendiciones que vienen de sentir ánimo y contribuir de una forma positiva.