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febrero 1, 2021¿No sería bueno tener todo funcionando en piloto automático? Sería genial que las tareas del hogar, el ejercicio, la alimentación saludable y la realización de tu trabajo se realizaran mecánicamente. Pero a menos que logren inventar robots sirvientes, todo tu trabajo no desaparecerá de la noche a la mañana. Pero si fueras capaz de programar nuevos hábitos como comportamientos, puedes ganar la pelea.
Con una pequeña cantidad de disciplina inicial, puedes crear un nuevo hábito que quizás no requiera un gran esfuerzo para ser mantenido. A continuación, van algunos consejos para crear y mantener nuevos hábitos, que pueden ser de gran ayuda, por supuesto además de orar pidiendo la ayuda, la fuerza y la guía de Dios en cada decisión.
- Comprométete a treinta días. De tres a cuatro semanas es todo el tiempo que necesitas para convertir un hábito en algo casi automático. Si puedes superar la fase de acondicionamiento inicial, será mucho más fácil de mantener. Un mes es un buen bloque de tiempo para comprometerse con un cambio, ya que cabe fácilmente en tu calendario.
- Hazlo a diario. La coherencia es fundamental si deseas que un hábito se mantenga. Si quieres comenzar a hacer ejercicio, ve al gimnasio todos los días durante los primeros treinta días. Ir un par de veces a la semana hará que sea más difícil formar el hábito. Está comprobado que las actividades que realizas una vez cada pocos días son más difíciles de convertir en hábitos.
- Comienza de manera simple. No intentes cambiar completamente tu vida en un día. Es fácil motivarse de manera exagerada y asumir demasiadas cosas. Si te gustaría estudiar dos horas al día, primero adquiere el hábito de hacerlo durante treinta minutos y aprovecha eso.
- Recuérdatelo a ti mismo. Alrededor de dos semanas después de haber asumido tu compromiso, puede pasarte que lo olvides fácilmente. Coloca recordatorios para ejecutar tu hábito diariamente, porque de lo contrario podrás llegar a perder algunos días. Si pierdes el tiempo, se frustrará el propósito de empezar una acción para establecerla como hábito.
- Sé constante: Cuanto más constante sea tu hábito, más fácil te será mantenerlo. Volviendo al ejemplo del ejercicio físico, si quieres instalar el hábito intenta ir a la misma hora al mismo lugar durante tus primeros treinta días. Cuando las señales como la hora del día, el lugar y las circunstancias son las mismas en todos los casos, es más fácil que naturalmente te inclines hacia la acción buscada.
- Consigue un amigo. Busca a alguien que te acompañe y te mantenga motivado cuando tengas ganas de abandonar.
- Genera un disparador. Un disparador es una especie de ritual que se usa justo antes de ejecutar el hábito. Si tu intención es despertarte más temprano, esto podría significar despertarte exactamente de la misma manera cada mañana. Si deseas abandonar un vicio, puedes practicar chasquear los dedos cada vez que sientas esa necesidad.
- Reemplaza las necesidades. Si estás renunciando a algo con tu hábito, asegúrate de reemplazar adecuadamente cualquier necesidad que hayas perdido. Si mirar televisión te brindaba una forma de relajarte, podrías empezar a meditar o leer como una forma de reemplazar esa misma necesidad.
- Permítete ser imperfecto. No esperes que todos tus intentos de cambiar hábitos tengan éxito de inmediato. Me tomó cuatro intentos en momentos diferentes el poder comenzar a hacer ejercicio con regularidad. Ahora me encanta. Haz tu mejor esfuerzo, pero puede llegar a haber algunos golpes en el camino.
- Usa el “pero”. Un destacado terapeuta de cambio de hábitos me dijo una vez esta gran técnica para cambiar los malos patrones de pensamiento. Cuando empieces a tener pensamientos negativos, usa la palabra “pero” para interrumpirlos. “No soy bueno en esto, pero, si trabajo en ello, podría mejorar más adelante”.
- Elimina la tentación. Reestructura tu entorno para que no te tiente en los primeros treinta días. Elimina la comida chatarra de su casa, cancela tu suscripción por cable, tira los elementos que te acercan a tu antiguo vicio o mala costumbre para no tener que luchar con la fuerza de voluntad más tarde.
- Asóciate con modelos a seguir. Pasa más tiempo con personas que modelen los hábitos que desea adquirir. Un estudio reciente encontró que tener un amigo obeso indicaba que daba más probabilidades de llegar a engordar. Te conviertes en aquello con lo que compartes tiempo.
- Ejecútalo como un experimento. No juzgues hasta que haya pasado un mes y utilízalo como un experimento de comportamiento. Los experimentos no pueden fallar, solo tienen resultados diferentes, por lo que te brindarán una perspectiva distinta para cambiar tu hábito.
- Escríbelo. Una hoja de papel con una resolución tomada no es tan importante, pero escribir esa resolución sí que lo es. Escribir hace que tus ideas sean más claras y te enfoca en tu resultado final.
- Conoce los beneficios. Familiarízate con los beneficios de realizar un cambio. Consigue libros que muestren los beneficios del ejercicio regular. Observa cualquier cambio en los niveles de energía después de comenzar una nueva dieta. Imagínate obtener mejores calificaciones después de mejorar tus hábitos de estudio.
- Considera el costo de seguir igual. También debes ser consciente de las consecuencias de seguir manejándote de la manera actual. Exponerte a información realista sobre las desventajas de no hacer un cambio te dará una motivación adicional.
- Hazlo tú mismo. No te preocupes por todas las cosas que “deberías” tener como hábitos. En su lugar, utiliza los hábitos para lograr tus metas y las cosas que te motivan. La culpa te debilita y no te ayudará con las decisiones que resuelvas tomar.
* Este artículo fue extraído del sitio web Homeword.com y fue traducido y adaptado para ser utilizado en e625.com
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