SERIE – La Carrera de la Fe
febrero 28, 2025Challenges de Semana Santa para hacer con tus Preadolescentes
marzo 1, 2025El 2020 nos pasó. Nos ocurrió. No lo vimos venir, nunca nos había pasado algo semejante. Y lo que hicimos fue reaccionar y defendernos como pudimos. En algunos casos las iglesias pudieron adaptarse y hacer un gran trabajo descubriendo la dimensión online. En otros casos, lastimosamente cerraron.
Pero este año, como líderes no podemos darnos el lujo de seguir reaccionando. Ya aprendimos y conocemos mucho mejor las nuevas reglas. Tenemos muchísima más información. Por eso tenemos que hacer con el 2021 lo que Dios quiere hagamos con él, y no que el 2021 nos haga lo que el él quiera, como pasó más bien el año pasado.
La Pascua 2020 cayó justo en los comienzos del “terremoto”. Hasta recuerdo que en los foros pastorales se hablaba de que quizá en Pascua podríamos volver a reunirnos (casi da ternura recordarlo).
Hoy, con las restricciones de distinto tipo a las reuniones de personas en nuestros países de latinoamérica, se plantea el interrogante: ¿Qué hacemos para Pascua?
Quiero patear el tablero de los modelos mentales que la mayoría de nosotros acarreamos. Pensemos por un momento fuera de la caja.
No podemos ir contra la ley. En la ciudad de Buenos Aires donde sirvo como pastor en Saddleback, solo puede ocuparse el 30% de los templos. Y más por amor que por temor, es que hay que obedecer. No queremos que nadie se contagie por nuestro mal liderazgo.
Por eso, le he pedido a nuestros lideres que cambiemos totalmente nuestra manera de pensar respecto de la Pascua. ¿Realmente las cosas tienen que ocurrir solo en el templo, aunque eso implique hacer 8 servicios continuados? ¿El servicio o culto tiene que ser com siempre lo fue?
No necesariamente.
Por eso mi desafió a ellos, y a ustedes es el siguiente: dejemos de pensar en la Pascua como un evento de fin de semana en la iglesia. Este año pensémoslo de forma diferente. Ampliemos nuestra visión. Imaginémosla como una sucesión de eventos y experiencias en toda la ciudad, durante toda la semana santa. Démosle a la gente un amplio menú de opciones y que ellos decidan cómo será su “combo pascual”.
Plazas
En nuestro caso estamos planeando hacer reuniones para celebrar la Santa Cena en distintas plazas, estratégicamente ubicadas en la ciudad, en los lugares centrales a los que nuestra gente puede acercarse sin desplazarse demasiado. No hace falta una gran producción, permiso policial o un generador eléctrico para una reunión de amigos, como esos cumpleaños que vemos todo el tiempo en las plazas. La idea es estar sentados en ronda, cantando unas canciones y recordando a Jesús con los símbolos.
Arte
¿Hay gente que le gusta el arte en tu iglesia? ¿Por qué no hacer algunas esculturas con materiales reciclados en algún espacio público? Solo pregunta y descubrirás que hay gente que siempre quiso hacer cosas así y nunca te lo dijo. Recuerda: las únicas malas ideas son las que no se cuentan a nadie. Qué lindo sería tener a unos actores que hagan una pequeña pieza de drama en las plazas, llevando a hacerse preguntas sobre la Pascua.
Actividades para niños
¿Y un taller de decoración de cookies en la plaza? Todos los padres presentes querrán que los chicos lo hagan. Porque es gratis, se entretienen y se llevan algo. Te lo digo por experiencia propia, hace 5 años que hacemos cacerías de huevos de Pascua en las plazas.
Grupos Pequeños
Los grupos pequeños tendrán su semana especial de pascua. ¡Prepara un mensaje en video para que lo miren cuando se junten! Así todos están alineados esa semana.
Recorrido alusivo
Por supuesto que si tienes edificio harás actividades ahí. Pero aléjate del concepto tradicional del culto al que solo pueden ir x cantidad de personas. ¿Qué tal si abres un espacio el fin de semana, por ejemplo de 4 horas, al que la gente llegue y haga un recorrido por turnos? En el auditorio principal puede haber una voz grabada e imágenes que inviten a la reflexión por unos minutos, con un clima y luces agradables.
Dinámicas reflexivas
Luego si tuvieran otro espacio, un salón de usos múltiples, o el espacio para jóvenes, la gente puede pasar allí y alguien puede recibirlos cantando alguna buena canción con una guitarra e invitarlos a clavar en una cruz de madera, cosas que quieran dejar atrás. También podrías invitarlos a alguna aula u oficina donde haya espinas, y puedan sentir ellos mismo apenas en su mano como se siente la punta e imaginarse la corona, o probar un hisopo con vinagre, y reflexionar sobre las amarguras que contaminan su vida.
Amigos, las posibilidades son infinitas. No se necesita gran presupuesto. Solo es necesario abrir la mente y liderar a nuestra gente a que cambie su forma de pensar. Este año puedes tener la pascua más creativa, inmersiva y experimental de la vida de tu ministerio. En muchos lugares distintos y en varios días diferentes. No omitas pedirles sus datos de contacto a la gente en cada una de esas estaciones, invitándolos a todo lo que queda por experimentar en la semana. Y luego has el seguimiento apropiado.
Solo sé creativo para el evento, y buen administrador para el proceso.
¡Felices Pascuas! Está todo por hacerse.
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