La iglesia. Un lugar para modelar a Jesús en nuestras relaciones
diciembre 4, 2024¡Es Navidad y es hora de celebrar! Pero a muchos padres, el solo hecho de pensar en esta época les da ganas de gritar internamente “¡No, otra vez!”. ¿Por qué? Es porque las fiestas pueden ser agitadas, desgarradoras y simplemente difíciles de afrontar. En resumen, ¡las fiestas pueden llegar a ser una molestia! Aunque estemos celebrando el nacimiento de nuestro Salvador y agradeciendo a Dios por sus muchas bendiciones, la idea de las compras navideñas, los desfiles navideños de la escuela y la iglesia y las diversas festividades navideñas sinceramente pueden causarnos mucho estrés.
Pero aquí está la buena noticia: existe un remedio para superar el “¡No, otra vez!”. ¡Al reducir los niveles de estrés de tu familia, podrás aprovechar al máximo la Navidad familiar este año! Yo llamo a este remedio las “Cuatro R” y espero que te resulten útiles.
Recordar. Revisa algunas antiguas tradiciones familiares que no han disfrutado durante un tiempo y toma la iniciativa de crear algunas nuevas. Algunas de las generaciones anteriores hicieron un mejor trabajo que nosotros en la construcción de tradiciones familiares. La próxima vez que tu familia extendida se reúna, toma nota de qué parte de la conversación se centra en las tradiciones e historias familiares.
Es posible que escuches las mismas historias en cada reunión, pero estas tradiciones y sus historias crean unión familiar. Las tradiciones son importantes para las familias porque brindan oportunidades para mantener vivo el legado familiar. Desde lo simple hasta lo tonto y lo sentimental, las tradiciones pueden crear recuerdos significativos. Como padre, una de tus tareas es buscar formas de promover momentos y tradiciones especiales para tu familia, que crearán recuerdos familiares que tus hijos conservarán para siempre.
Entonces, por ejemplo, las fiestas son un momento perfecto para hornear, así que, si ha pasado algún tiempo desde que alguien intentó hacer el pastel de manzana de la bisabuela, desempolva la receta y fíjate si tú y los niños pueden hacerle justicia. ¿Y qué tal el tiempo de juego en familia? Conozco una familia que tiene una colección de juegos de mesa a los que solo juegan en Navidad. Sospecho que tu familia tiene una o dos tradiciones (una receta o un juego de mesa, por ejemplo) que deben revisarse este año. Revive algunos recuerdos familiares y aprovecha la oportunidad de crear algunos nuevos también.
Restaurar. La Navidad es un buen momento para restablecer conexiones con amigos y familiares con quienes has perdido el contacto. Entiendo que este es un objetivo común durante las fiestas, pero a veces temo que arrancamos con buenas intenciones y demasiado pronto no seguimos intentando reconectarnos. Establece el objetivo de restablecer la conexión con al menos una persona o familia este año. Si el conflicto ha sido un problema, no lo ignores, más bien da el primer paso para abordar el problema y haz saber que deseas la reconciliación.
Aun así, plantea expectativas realistas. Si bien probablemente se necesitará más de un mensaje o llamada telefónica durante las fiestas para restaurar completamente una relación fracturada, hacer algo en lugar de nada es un muy buen punto de partida.
Relajarse. Hay un número limitado de horas en el día, una cantidad determinada de dinero a tu disposición y una cantidad limitada de tu persona para todos… Probablemente te invitarán a más reuniones de las que puedes asistir, por lo que puedes terminar sintiendo que necesitas gastar más en los regalos que comprarás para tu familia para compensar. Bueno, es un gran privilegio para mí darte permiso para no asistir a todos los eventos navideños en los que participe un pariente lejano tuyo, y cuando hayas agotado tu presupuesto para la compra de regalos, debes saber que está perfectamente bien decir: “Basta. Nuestras compras han terminado por este año”.
Regocijarse. Y de nuevo digo: “¡Alégrate!”. El agradecimiento es un rasgo importante que debe incorporar tu familia, especialmente en la temporada navideña. Si bien esos días de vacaciones nos brindan a la mayoría de nosotros muchos puntos de estrés que luego pueden provocar sentimientos de depresión, podemos tomar la decisión intencional de estar agradecidos.
Estamos dando gracias a Dios y celebrando el nacimiento de nuestro Salvador: ¡nuestra única razón de vivir! ¿Qué tipo de mensaje enviamos a un mundo incrédulo si estamos de mal humor, molestos y tristes durante la época navideña? ¡De todas las personas, deberíamos ser nosotros quienes lideremos las celebraciones! Así que disfruta de la época y observa cuántas personas se preguntan por qué estás tan feliz. Será un excelente mensaje el que le estarás comunicando tanto a tu familia como al resto de la gente.
Sé que las familias tienen muchas cosas que hacer en esta época del año. Pero la Navidad puede ser una experiencia placentera, especialmente si prestas atención a tu salud emocional, física, relacional y espiritual. Todas esas necesidades fueron cubiertas una noche en Belén hace más de 2000 años. Jesús vino para refrescar los espíritus decaídos de aquellos que anhelaban ver al Mesías, para restaurar la relación primaria entre Dios y la humanidad, para relajar los corazones de aquellos cansados de luchar con el pecado y preguntarse si toda esperanza estaba perdida, y para regocijarse con ellos. ¡Nos vino a salvar! Estos son, por supuesto, regalos maravillosos de nuestro Padre celestial mismo.
Es cierto, posiblemente el mundo entero esté celebrando la Navidad. Si bien la mayoría de las personas en su propio mundo lo hacen, tú conoces la verdadera razón de esta celebración. Cuando las presiones de las fiestas te hagan sentir molesto, imagina el rostro de nuestro niño Rey sonriendo y sumergiéndose en el momento. ¡Qué gran ejemplo a seguir!
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