Soltemos las piedras
octubre 10, 20215 Razones por las que tu adolescente y preadolescente quieren límites
octubre 23, 2021Nuestros amigos Dale y Jody tienen una excelente relación con sus hijos. De hecho es tan buena que su hijo de 24 años maneja noventa minutos por Los Ángeles (¡y con mucho tráfico!) para poder compartir las cenas familiares o para ver partidos de basketball con sus padres. Y su hija de 27 años le preguntó a Jody si podrían reunirse las dos para estudiar juntas la Biblia todas las semanas.
Con mi esposo les preguntamos qué es lo que hace que sus relaciones familiares sean tan magnéticas. Su respuesta fue bastante simple: “Nuestros hijos saben que nos gusta estar con ellos”. Dale y Jody dieron con un factor clave en la lucha por las relaciones familiares saludables: sus hijos saben que sus padres están locos por ellos.
Diferentes investigaciones respaldan esta intuición que ellos tuvieron como padres y muestran cómo las relaciones familiares afectan la fe de nuestros hijos. Un estudio de la dinámica relacional realizado en más de trescientas familias durante treinta y cinco años, analizó el poder de la calidez entre las diferentes generaciones. El resultado fue sorprendente: la calidez familiar está más correlacionada con la transmisión de la fe que cualquier otro factor relacional (incluyendo la cantidad de contacto que hay entre las generaciones, el tipo de contacto y el número de hijos en la familia).
En otras palabras, las familias en las que los padres y los niños se sienten unidos tienen más probabilidades de ser familias en las que los niños también adopten la fe de sus padres. Entonces, dejar que nuestros hijos sepan cuánto nos agradan, no solo une a nuestra familia sino que también aumenta las probabilidades de que nuestros hijos mantengan su fe.
Entonces, ¿cómo hacemos para comunicarles a nuestros hijos que ellos nos gustan?
En primer lugar, a través de nuestras palabras. Luego de reflexionar sobre la investigación realizada acerca de la fe y las relaciones familiares, estoy convencida de que hay dos palabras que tus hijos desean que les digas: “Me gustas”. Probablemente hayan escuchado “Te amo” más veces de lo que pueden contar… ¿pero saben que realmente los disfrutas como personas?
Todavía estoy aprendiendo cómo comunicarles a mis hijos que me gustan pero la investigación me ha motivado no solo a decirles “Me gustas”, sino también: “Estoy loco por ti”. “Me encanta pasar tiempo contigo”. “Me siento bendecida por ser tu mamá”.
¿De qué otro modo comunicamos que nos gustan nuestros hijos?
A través de nuestras caras. Una de mis metas, la cual no siempre logro, es que cuando mis hijos entren por la puerta, incluso si no digo una palabra, mi cara les diga que soy su mayor fan; que sepan sin una sombra de duda que mamá está contenta de verlos.
¿Qué estás haciendo actualmente para que tus hijos sepan no solo que los amas, sino que te encantan?