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noviembre 4, 2024Cuando Dios creó al ser humano (incluyendo sus genitales y su capacidad para el sexo), el Señor estuvo satisfecho y complacido con su obra: “Entonces Dios contempló todo lo que había hecho, y vio que era muy, pero muy hermoso. Pasó la tarde y pasó la mañana, y se completó, así, el sexto día”. Génesis 1:31 (NBV)
¡Todo lo que el Señor creó fue magnífico! La frase traducida como “muy, pero muy hermoso” proviene de la palabra hebrea “meod”. Cada vez que esta palabra se usa junto a otra, la hace más grande y más intensa. Es como decir “súper bueno” o “magnífico”. El sexo es diseño de Dios, no es una construcción social. Y entra en la categoría de todas las cosas magníficas que Dios creó. Entonces, ¡el sexo no es sucio! ¡Es magnífico, y muy, pero muy hermoso!
Mira el Salmo 139: “Tú hiciste todas las delicadas partes internas de mi cuerpo y las uniste en el vientre de mi madre. ¡Gracias por haberme hecho tan admirable! Es admirable pensar en ello. Maravillosa es la obra de tus manos, y eso lo sé muy bien”. Salmos 139:13-14 (NBV). En este salmo, vemos que todas las partes del cuerpo son una obra maravillosa de Dios. ¡No hay ninguna parte que sea mala o “del diablo”! ¿Lo ves? Los genitales no son sucios ni diabólicos. Y, como ya vimos antes, la intimidad sexual que se crea con ellos es parte del hermoso plan de Dios.
El problema con el sexo
Si todo lo que Dios creó es magnífico… ¿por qué tanto alboroto con el sexo? Bueno, el problema con todo esto magnífico que Dios creó, ¡es que Satanás quiere que creas que es malo! Aquí hay una lista de cosas que busca Satanás:
*Te quiere hacer creer que Dios es un aguafiestas y que su propuesta es mejor que la de Dios.
*Quiere hacerte creer que la identidad como hombre o mujer no es suficiente, que Dios se equivocó y se requieren más opciones.
*Quiere que creas que los genitales y el amor sexual son algo sucio, que no tiene nada que ver con Dios. Quiere convencerte de que no se puede ser santo y tener deseos sexuales naturales al mismo tiempo.
*Quiere que pienses que el anhelo de conectar emocional o intelectualmente no se puede llenar cultivando amistades significativas, sino que necesitas para ello sexo barato.
*Quiere que, en vez de aprender a amar sexualmente de forma bíblica, seas presa de la lujuria (deseo egoísta y mal encaminado) y de la lascivia (libertinaje sexual).
*Desea apartarte de los planes de Dios para tu vida sexual, y que creas que es imposible cultivar una relación estrecha con tu futuro cónyuge sin tener sexo antes del matrimonio.
*Quiere que creas que la intimidad que Dios planea para los esposos es una tontería, y que tú debes hacer lo que quieras y cuando quieras.
*Busca que descuides tu integridad sexual y que, en vez de tener una mentalidad sexual sana, seas presa de lo que los medios de comunicación y la sociedad de hoy en día quieren hacerte creer.
Recuerda que el diablo es un mentiroso. Así como engaño a Eva diciéndole que no era necesario obedecer, que no se preocupe que no moriría… así quiere engañarte también hoy a ti respecto al sexo. Fíjate, además, que entre más distorsionado tengas el concepto de sexualidad, más fácilmente el enemigo podrá separarte de Cristo. Esto suena extraño, ¿cierto? Pero observa el patrón: Una persona que no conoce a Dios suele tener actitudes y conductas sexuales equivocadas y torcidas. Entre más alejados de Cristo, más pervertidos y liberales. Y eso es exactamente lo que Satanás quiere lograr contigo.
¿Existe el sexo sucio?
Sí, existe. El sexo sucio es el que está fuera de los parámetros del Señor. Y existe porque el enemigo siempre trata de distorsionar lo hermoso que Dios ha creado. Como es incapaz de crear, trata de deformar la creación de Dios lo más posible. Cuando Dios diseñó el sexo estableció ciertos parámetros. El sexo es un regalo y una bendición cuando es el acto mutuo entre un hombre y una mujer casados. De otra forma, el sexo se corrompe, y ahí sí es pecaminoso, dañino y sucio. Por supuesto, Satanás busca distorsionar el diseño divino al máximo, y así escomo surgen el libertinaje, la lascivia, el abuso, la fornicación, el adulterio, la pornografía, el sexting, etc.
Basta con echar una mirada a tu alrededor para ver cómo algo que estaba diseñado para ser santo y hermoso se ha convertido en algo retorcido y lamentable. Con todo esto quiero decirte que el problema no está en el sexo, está en el pecado. El pecado echa a perder el maravilloso plan de Dios. Piénsalo: Si todos se ajustaran a las leyes de Dios en cuanto al sexo y la sexualidad, no habría adulterios, familias destruidas, tráfico sexual, abuso infantil, divorcios, adolescentes embarazadas, ni abortos. Por eso, repito: El problema no es el sexo. ¡El problema es el pecado!
La verdad
En el sexto día, Dios creó al ser humano y creó el sexo. Y Él mismo evaluó su obra como algo magnífico. El Señor se goza con la expresión sexual propia de los solteros, y con la expresión sexual propia de los casados. Y aunque hay un enemigo que pervierte al mundo para intentar convertirlo en algo repugnante, ¡tú eres una nueva generación! Tú puedes hacer la diferencia. Tú puedes ir contra la corriente.
Josh McDowell señala que la Biblia no contiene ningún versículo que diga que el sexo es algo sucio o pecaminoso. Los versículos que pudieran pintar al sexo como algo malo, en realidad no hablan de sexo sino de aquellos que se apartan del diseño de Dios para el sexo. ¡Así que, acepta la belleza y la santidad del sexo, y descarta este mito!
Decídete a creer que tú puedes vivir una sexualidad santa, primero como soltero, y luego como casado. Tú puedes vivir plenamente tu soltería, como hombre o mujer, con satisfacción y gratitud. Puedes disfrutar de tu masculinidad o tu feminidad, y cultivar amistades sanas, aprovechando al máximo los dones que Dios te dio.
También puedes enamorarte, sentir que flotas, tomarte de la mano, dar un beso, platicar, reír, bailar, compartir memes, o etiquetar en las redes sociales, a una persona que pudiera ser el amor de tu vida. Luego, algún día, puedes casarte y disfrutar del sexo en su máxima expresión, sin reservas. ¡Y todo esto lo creó el Señor el sexto día, y vio que fue “bueno en gran manera”!
Este artículo fue extraído del libro “13 mitos acerca del sexo” de Michelle Espinoza de Mejía.
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