
A la imagen de Dios
octubre 24, 2025
¿Por qué? La gran pregunta cuando atravesamos un tiempo de dolor
octubre 24, 2025Enseñar con compasión es enseñar como Jesús
La compasión es otro elemento en la forma en la que educó Jesús. La definición de “compasión” es: “Sentimiento de tristeza que produce el ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar su dolor o sufrimiento, a remediarlo o a evitarlo”. La compasión va mucho más allá de una simple lástima momentánea. Quizás algo nos provoca tristeza, pero no es lo mismo que ese sentimiento profundo que nos lleva a accionar para aliviar la situación.
La compasión nos lleva a buscar formas para aliviar el dolor o sufrimiento de la persona, en este caso de nuestro estudiante. Sin embargo, para tener compasión es necesario que nos interesemos por ellos. Si no, jamás sabremos qué están atravesando.
En Mateo 9:36 leemos:
Al ver a las multitudes, sintió compasión de ellas, porque eran como ovejas desamparadas y dispersas que no tienen pastor [énfasis añadido].
La sociedad moderna tiene un problema serio con los niños. Cada día veo muchas situaciones que me impresionan. Permitirles tomar decisiones que no son acordes con su edad, en mi opinión es maltrato. Que ellos crean que son los que mandan en la casa, es preocupante. Y así hay muchas otras situaciones en los hogares: niños que se suicidan, jóvenes que viven sin esperanza; nuestras nuevas generaciones necesitan con urgencia que los rescatemos. En la sociedad actual tenemos un problema de hogares disfuncionales, y las nuevas generaciones son el eslabón que más sufre en el proceso.
¿Cuándo fue la última vez que te conmoviste por una situación por la que está pasando o pasó un estudiante? Yo sé que algunas veces, no son fáciles, pero en mi experiencia, antes de juzgarlos sería bueno conocer sus historias. Cada vez que va alguien a ministrar en nuestra escuela y me dicen: “Joseph, me impactó esto o aquello”, mi respuesta es que no conoces su historia de vida. Cada uno de nuestros estudiantes tiene una historia. La compasión nos debe mover a conocerlos.
El evangelista Mateo lo afirmó en el versículo que citamos anteriormente: Jesús se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor. La oveja es un animal débil, que necesita la protección de su pastor. Con el tiempo la oveja reconoce a su pastor y no se deja llevar por cualquiera. Nosotros como cristianos que somos maestros, debemos mostrar al verdadero Pastor, para que nuestros estudiantes puedan seguirlo.
- Los maestros debemos guiar a nuestros estudiantes a conocer al Pastor
Al inicio de mi carrera docente, tuve al estudiante que me ha dado más problemas. Yo decía: “¡Pero qué difícil es ese muchacho!”, hasta que empecé a entender que su conducta era el reflejo de situaciones por las que estaba pasando en su casa. Nunca debemos juzgar a un estudiante desde nuestra perspectiva, sino desde la perspectiva de la compasión que tuvo Jesús con sus discípulos. Recuerda que Él también murió por tus estudiantes.
- Dios nos manda a compadecernos los unos de los otros
En fin, vivan ustedes en armonía unos con otros. Compartan sus penas y alegrías, ámense como hermanos, tengan compasión y sean humildes (1 Pedro 3:8).
El apóstol Pedro en este pasaje les está pidiendo que tengan compasión los unos por los otros. Y también es extensivo a nuestros estudiantes, así que nosotros no podemos hacer una distinción especial con ese sentimiento de tristeza que nos moviliza a la acción, cuando sabemos que nuestros alumnos están atravesando una situación difícil en sus vidas. El sentimiento no debe quedarse ahí, sino que debe impulsarnos a buscar la forma en que podemos ayudarlos a salir hacia adelante y enfrentar la situación. Es triste ver que una de las principales causas de muerte en jóvenes sea el suicidio, y pareciera que nadie detectó la sintomatología. ¿Será que nadie les está prestando atención?
- Debemos amar a todos, incluyendo a nuestros estudiantes
Si queremos mostrar que somos discípulos de Jesús, tenemos que amar a nuestros estudiantes y mostrar ese amor. No solo decirlo, sino demostrarlo. No podemos ser buenos maestros, si primero no somos alumnos del Gran Maestro. La muestra de que somos hijos de Dios, según Jesús, no es que prediquemos el evangelio (aunque es parte de nuestras responsabilidades), es el amor. Me imagino a Jesús pensando: “¿Cuál sería la muestra más fehaciente de mis discípulos?”, y su cabeza asintiendo como respondiéndose a sí mismo: “Obvio, es el amor”.
Si se aman unos a otros, todos se darán cuenta de que son mis discípulos (Juan 13:35).
Compasión puesta en práctica
Tener compasión implica estar disponibles para ayudar a los estudiantes, no solo en los aspectos académicos, sino también en todas las áreas de la vida. Yo todavía me sigo impresionando de la cantidad de situaciones por las que pasan nuestros estudiantes constantemente y que ellos no pidieron. Hay problemas que se deben a malas decisiones de sus padres, o a pruebas de la vida. ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a conocer sus historias más allá de lo que proyectan o muestran en el salón de clases?
Podemos pensar que, como maestros de escuela bíblica, nuestra responsabilidad abarca solo dar la clase y listo, pero necesitamos entender que el ministerio magisterial comprende un desprendimiento para moldear a nuestros estudiantes a la estatura del varón perfecto,
Nunca debemos juzgar sin entender la historia, y debemos entender que los maestros somos agentes de cambio en la vida de nuestros estudiantes. Solo tenemos que estar dispuestos a dar más. Recordemos que ellos son el reflejo de lo que viven en sus casas. El Señor Jesús, nuestro Maestro, ha tenido mucha compasión conmigo (estoy seguro de que con ustedes también). Si yo hubiese sido Jesús, no me habría escogido a mí para dirigir una escuela, ni para escribir los libros que he escrito, ni siquiera para capacitar a maestros y líderes de iglesias, pero Dios sí me escogió y ha tenido compasión, paciencia y amor conmigo, aunque le he causado muchos dolores de cabeza.
Si queremos ser maestros que impacten, nos toca hacerlo también a nosotros.
Este artículo fue extraído del libro “Pedagogía al estilo de Jesús” de Joseph Ortiz Mercado.
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Joseph A. Ortiz Mercado
JOSEPH A. ORTIZ MERCADO Tiene una licenciatura en psicología, una maestría en administración de empresas y un doctorado en educación. El Dr. Ortiz Mercado es el administrador general de Salinas Christian Academy, es profesor en la Universidad del Sagrado Corazón de Puerto Rico y consultor educativo en iglesias e instituciones académicas.






