Revisión para una proyección de convicción
septiembre 22, 2016Pastoreando jóvenes sin rumbo
septiembre 22, 2016
Te invito que a puedas leer la historia de José y la esposa de Potifar. La encontrás en Génesis capítulo 39. A través de esta historia vamos a descubrir que pecar nos vuelve la vida muy complicada y que ser santos resulta más sencillo.
No se engañen: Dios no puede ser burlado. Cada uno cosecha lo que siembra. (Gálatas 6:7)
NO SE ENGAÑEN
Somos especialistas en auto- engañarnos. A todos nos pasó alguna vez que tratamos de auto-convencernos de que lo que estamos por hacer no está mal, ¡cuando sabemos que sí!. Hoy hay mucho engaño en todos los lugares donde nos movemos, pero la realidad es que muchas cosas que hacemos mal y erramos son porque nos aferramos al auto- engaño.
-“Esta pareja sí va a funcionar” “Por amor a mí va a cambiar”… Todos sabemos el final.
-“Esta es la carrera universitaria perfecta para mí”… cuando muchos te habían aconsejado que te fijes bien, tal vez tu orientación es otra.
-“Miro hoy y prometo que nunca más voy a mirar”.
-“Puedo arreglármelas sin trabajar”.
-“Salgo con mis amigos de nuevo hoy, pero mañana mismo me pongo a estudiar”.
-“Es mi último cigarrillo y prometo que lo dejo”.
José podría haberle dicho a la esposa de Potifar: “Bueno, una vez y nunca más”.
¡No se engañen a ustedes mismos! Nos engañamos para justificar nuestros errores.
El apóstol Pablo pide que no nos engañemos. Mucho de lo que hemos vivido es producto de nuestros propios engaños, solitos nos vendimos la idea de cometer ese pecado, nos justificamos muy bien y metimos la pata. Pablo le dijo a Timoteo “Cuídate de ti mismo”. 1 Timoteo 4:16. Vos podes ver a tu alrededor muy cerquita tuyo cómo tus compañeros, tus parientes, tus amigos se auto-destruyen con las decisiones que toman.
DIOS NO PUEDE SER BURLADO O ENGAÑADO
Si el Apóstol Pablo dice esto es porque hay personas que sí creen consciente o inconscientemente que pueden burlarse de Dios, aún cuando la probabilidad es nula.
Creer que podemos evadir la ley de la siembra y la cosecha es una forma de querer burlarse de Dios. Es un problema querer “tener sin dar, triunfar sin sacrificarse, ser amado sin amar, o intentar cosechar sin sembrar”. Todo lo que siembres, cosecharás.
La Escritura dice que no nos cansemos de hacer el bien porque a su tiempo cosecharemos. Si has hecho bien a tu gente, a tu país, empleados, ovejas y familia, no te preocupes, porque la cosecha llegará.
Muchas veces sembramos cosas buenas pero no vemos llegar los frutos… No te desesperes, resistí porque te lo garantizo, Dios no puede ser burlado. Y tal vez te preguntás: “¿Y qué me garantiza esto?” ¡Lo garantiza que Dios no puede ser burlado!
Muchas veces o la mayoría de las veces a este versículo lo aplicamos con una connotación negativa. Pero es tan eficaz para lo bueno también.
– Entrená con constancia, en invierno también, y vas a ver el rendimiento en el deporte que hagas o en tu salud.
-Tratá bien a tu familia, a tus compañeros de trabajo y de estudio y te puedo asegurar que vas a recibir buen trato.
– Trabajá con diligencia, sé el mejor en lo que hacés y vas a recibir la recompensa, vas a ser buscado por tus clientes.
– Estudiá todos los días. Sentate con paciencia y vas a ver los resultados.
– Respetá a tu pareja, sé cariñoso y vas a cosechar respeto y amor.
Seguí haciendo el bien porque la respuesta vendrá.
Los que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte; pero los que viven para agradar al Espíritu, del Espíritu, cosecharán vida eterna. (Gálatas 6:8).
LA SANTIDAD NO ES COMPLICADA
Los que viven sin controlar sus malos deseos, sólo piensan en hacer lo malo. Pero los que viven obedeciendo al Espíritu Santo sólo piensan en hacer lo que desea el Espíritu. Si vivimos pensando en todo lo malo que nuestros cuerpos desean, entonces quedaremos separados de Dios. Pero si pensamos sólo en lo que desea el Espíritu Santo, entonces tendremos vida eterna y paz. Los que no controlan sus malos deseos sólo piensan en hacer lo malo. Son enemigos de Dios, porque no quieren ni pueden obedecer la ley de Dios. Por eso, los que viven obedeciendo sus malos deseos no pueden agradarlo. (Romanos 8:5-8 TLA).
La Palabra habla de pensamientos que nos llevan a caminos distintos. Pensar es ocupar la mente en algo. Este pasaje nos deja dos ecuaciones que no fallan:
- El que piensa en las cosas de la carne + se ocupa de ellas = cosecha corrupción y muerte.
- El que piensa en las cosas Espíritu + se ocupa en esas cosas = cosecha paz y vida eterna.
José pensaba en las cosas que Dios le había prometido (no olvidaba los sueños que Dios le había mostrado), se ocupaba de hacer todas las cosas con excelencia y están a la vista las consecuencias. Terminó siendo el más importante después de faraón.
¿En qué cosas ocupás tu mente? ¿Con qué la llenas?
Pornografía. Envidias. Enojos. Competencia. Egoísmo. Orgullo.
Quiero que veamos juntos que es más fácil ser santos que andar pecando:
- Porque lo dice la Biblia.
En esto consiste el amor a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y éstos no son difíciles de cumplir, (1 Juan 5:3 NVI)
Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa. La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones (…) Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza pecaminosa, los resultados son más que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales, idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias, divisiones, envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos. Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera que lleve esa clase de vida no heredará el reino de Dios. En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas! (Gálatas 5:16-17, 19-23 NTV).
Todos tenemos deseos de pecar, lo importante es no satisfacerlos. Vivir en el Señor no es fácil, pero es más difícil vivir en el pecado. La santidad se logra cuando renunciás a satisfacer los deseos de la carne.
A todos nos da hambre, pero no todos la satisfacemos de la misma forma. Algunos comen sano, otros no; todos nos cansamos, pero algunos descansan bien y otros no; todos tenemos preocupaciones pero no todos actuamos de la misma forma.
NO SATISFAGAN LOS DESEOS DE LA CARNE.
Miremos con algunos ejemplos lo complicado que nos vuelve la vida pecar.
- Qué complicado es MENTIR: recordar lo que dije a quién se lo dije y cuándo. Porque después cuando me vuelvan a preguntar tengo que decir lo mismo. ES MÁS FÁCIL DECIR LA VERDAD.
- Qué decir de COPIARSE EN UN EXAMEN. Tenés que hacer el machete, con letras solo legibles con lupa. Ver dónde lo vas a guardar, cómo y en qué momento sacarlo, que no te descubran, y si te descubren puede que no apruebes nunca más esa materia. ES MÁS FÁCIL Y MEJOR ESTUDIAR. Es más fácil ser santos.
Es más sencillo ser santo que vivir en FORNICACION y tener un hijo con cada mujer, manteniendo a varias familias, sin paz ni tranquilidad. Tenés que pasarles el alimento a cada familia y terminás siendo padre de ninguno ya que no vivís con ellos el día a día. Es más fácil ser santos.
Qué complicada es la vida de pecado, por el contrario, es tan lindo vivir en santidad.
- VER PRONOGRAFIA. Tenés que ver que nadie te vea, borrar el historial, etc. Arruina tu forma de ver y de relacionarte con el sexo opuesto y arruina tu futura familia. Podría contarte infinitas historia de familias rotas por la pornografía. ES MÁS FÁCIL MANTENERSE PUROS.
- Ni qué hablar de lo complicada que se puede volver la vida si nos volvemos adictos al alcohol o a alguna droga. Lo complicado que se vuelve mantener el trabajo, o conseguir uno, y relacionarse con los demás parece imposible.
Sobre la infidelidad tendríamos mucho para decir: mentir de a dónde fuiste, de dónde venís o a dónde vas, borrar los mensajes de texto, que no te llegue ninguno mientras estás con tu novia o esposa, ver a dónde vas, gastos innecesarios, si sos descubierto tener que enfrentar a tus hijos y contarles lo que hiciste…qué complicado…es MÁS FÁCIL SER FIEL.
Pensalo, ¿cuándo fue la última vez que pecaste y te fue bien?
Pecar es mal negocio, mejor es buscar la santidad. El pecado es destructor y te hace enemigo de Dios.
Qué complicado puede tornarse jugar con el pecado, pero qué paz trae la santidad.
En cambio el fruto del Espíritu no tiene nada de complicado, a nadie lo juzgan por estas cosas.
Los peores problemas son causa del pecado. No te compliques, es más fácil vivir en el Señor. Buscalo, reconciliate con Dios que no puede ser burlado. Tomá la mejor decisión, renovate y anhelá la santidad para poder sembrar y cosechar.
José fue un tipo al que se le notaba que caminaba con Dios. No se complicaba la vida pecando. Estaba comprometido hasta la médula con su Dios. Qué cosa fea que es la tibieza. Estar y no estar. Que en un lugar sos de una manera y con tus amigos sos de otra… José le habló de su Dios al que se le cruzaba. Le habló de su Dios a la esposa de Potifar, al copero del rey, al Faraón y a su familia. Qué ejemplo el de José, qué vida para imitar.