Cómo desarrollar el sentido de responsabilidad en nuestros hijos adolescentes
diciembre 12, 2023La Navidad me entristece, ¿qué puedo hacer?
diciembre 17, 2023Cuando era niño, parecía que pasaba una eternidad para que llegara la próxima Navidad. Ahora como adulto, cuando se acerca la Navidad parece que acabo de terminar las actividades navideñas del año pasado. En realidad, la verdad es que acabo de terminar de pagar las actividades navideñas del año pasado.
Hoy la realidad me marca que se viene Navidad otra vez, y ya estoy cansado de solo pensarlo. Francamente, estoy cansado y punto. Y estoy seguro de que no soy el único. Los últimos meses del año siempre son muy cargados y tú como líder debes sentir algo similar en diciembre. Tengo a cargo charlas, seminarios, conferencias, planificación para los eventos del próximo año, actividades familiares y de la iglesia. Por eso aun cuando la época navideña solo se está asomando, me encuentro agotado.
Hay tensión en mi casa porque soy el único en mi familia que no ama toda la decoración, la música y las luces. Tal vez tenga que ver con el hecho de que soy yo quien tiene que hacer todo el trabajo real para ello. Soy yo el que tiene que sobrevivir a las arañas viudas negras en el ático para sacar todo lo que hay que usar para decorar. Luego, están esas largas cuerdas de plantas verdes o como las llames, pero soy yo quien tiene que colgarlas en todas partes. Y además están las luces, cadenas y cadenas de ellas, suficientes para iluminar una pequeña ciudad, pero que por supuesto no funcionan, y solo descubro esto después de haber pasado horas instalándolas en la casa.
También experimento la tensión de las compras navideñas. Sean sinceros conmigo, ¿soy el único que odia las compras navideñas? Lo que odio no son las compras, pero sí las multitudes queriendo comprar. No quiero navegar entre multitudes. No quiero comprar en multitudes. No quiero hacer cola con las multitudes. Me hacen sentir, bueno, abarrotado. Para mí, “sobrevivir” es la palabra clave que describe mi vida durante gran parte de la época navideña. Supongo que no estoy solo en esto, ya que estoy tocando un acorde en común con muchos que se sienten igual.
Al evaluar estas sensaciones, me encuentro demasiado concentrado en sobrevivir a la tensión que rodea a la Navidad, en lugar de celebrar a Jesús. Cuando entro en el modo de supervivencia, paso por alto y me olvido del Cristo de la Navidad. Ahora, cuando estoy en modo de celebración, me concentro en Él.
Quiero salir del modo de supervivencia y pasar a la celebración. Solo tenemos que ir y mirar el relato de Navidad para ver la celebración en acción en la vida de los humildes pastores. Para ellos, había algo en Jesús que desencadenaba una alegría absoluta dentro de sus almas. ¡Corrieron a verlo! Y, cuando dejaron a Jesús, ¡les contaron a todos acerca de Él y lo celebraron! ¡Yo quiero ser como uno de ellos!
Después de verlo, los pastores les contaron a todos lo que había sucedido y lo que el ángel les había dicho sobre este niño. Todos los que escucharon la historia de los pastores quedaron asombrados… Los pastores volvieron a sus rebaños, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían visto y oído. (Lucas 2: 17-18, 20 – NTV) ¿Necesitas algunas razones para celebrar a Jesús? Aquí hay algunas que pueden ayudarte a pasar de la supervivencia a la celebración:
- Podemos celebrar porque Jesús nació para salvarnos.
- Gracias a Jesús podemos celebrar que no tenemos que pagar por la enfermedad de nuestros pecados.
- Gracias a Jesús podemos celebrar que tenemos la presencia de Dios en nuestras vidas y que tenemos acceso a su poder.
- Gracias a Jesús podemos celebrar que tenemos un lugar esperándonos en el cielo.
- Gracias a Jesús podemos celebrar que mientras vivimos aquí podemos seguir creciendo para ser más como Él.
¡Es Navidad! La vida es demasiado corta para que en determinadas fechas del año sólo nos dediquemos a sobrevivir. ¿Qué obstáculos enfrentas que te mantienen atrapado en el modo de supervivencia a las fiestas en lugar de celebrar a Jesús? ¡Te animo a que lo descubras, a que vayas más allá y a que sigas guiando a tu familia al negocio muy serio de celebrar a Jesús! ¡Vale la pena celebrar los 365 días del año! ¡Todos los días pueden ser como la Navidad! (Aunque tengo el presentimiento de que mi esposa no estará de acuerdo con mi idea de mantener las decoraciones durante todo el año).
Mi esperanza y mi oración en esta Navidad es desear que pases un momento alegre con quienes tienes cerca, y que tu celebración del nacimiento de nuestro Salvador esté acompañada por la reflexión, la profundidad, la alegría y algunos buenos recuerdos nuevos. Y que Dios renueve tus fuerzas en estas fiestas para que puedas seguir derramando tu corazón como hasta ahora, pastoreando a tus adolescentes, y contagiándoles el verdadero espíritu navideño de celebración.
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