Longevidad. Una estrategia urgente
septiembre 22, 2016Ministerio Juvenil en la Posmodernidad
septiembre 22, 2016Los líderes son aquellos que determinan en gran medida el presente y el futuro de aquellos a quienes dirigen. Por eso es indispensable tener líderes conforme al corazón de Dios. Sin ellos no es posible tener una iglesia conforme al corazón de Dios. ¡Y atención! Esta es una de las declaraciones más clara y más fuerte que quiero hacer: ¡Todo cristiano y toda cristiana están llamados a ser líderes!
Vamos a las escena en las que el liderazgo de quien fue descripto como un líder conforme al corazón de Dios, se confronta a un liderazgo humano: el contexto de la batalla contra Goliat.
Saúl era el líder del ejercito de Israel. Él es quien debería haber ido a enfrentar a Goliat. Samuel lo describe diciendo que era tan alto que los demás le llegaban hasta el hombro (1 Samuel 9:2). Sin embargo nada hace. Está tranquilo con su chapa de líder ocupado en la “correcta administración” del campamento. Sus ropas de guerra estaban allí, sus escuderos estaban allí. Todos se postraban cuando él pasaba, muchos de los soldados se hubieran querido sacar una foto con él y hasta tenía absorbe calcetines que le informaban todo lo que ocurría por el campamento. Mientras tanto, Goliat gritaba.
Cada día Saúl encomendaba a los comandantes desplegar el ejercito. Practicaban gritos de júbilo, gritos de guerra y gritos de victoria. A la tarde unas y otras tribus discutían las diferencias entre ellas y los líderes le aseguraban a su gente que su tribu tenía una bendición especial que las otras no tenían. Al anochecer algunos sacaban el arpa, otros la citara y todos cantaban alabanzas alrededor del fuego. Mientras tanto, Goliat gritaba.
Estando allí en el monte, la comida no era de lo más abundante así que estaban aquellos encargados de cazar animales salvajes y juntar legumbres para acompañar las comidas del ejercito. ¡Pero qué problema eran esos animales raros que no estaban en la dieta común! ¿Eran animales legales o ilegales? ¿Habrán estado bien para Moisés o no? Y claro que se armaban discusiones “teológicas” acerca de qué animales era licito comer y cuáles no. Puedo ver a los que decían sí a una cosa, mientras acusaban a los otros de decir sí a otras. Mientras tanto, Goliat gritaba.
La iglesia Saúlica es la iglesia que se ha encerrado en los templos. Se ha distanciado tanto del mundo al que pretende salvar, que ya no lo entiende y por eso solo sabe condenarlo. Es la iglesia que se mide en manos levantadas y no en manos extendidas, la que se envanece por cuantos puede traer y no por cuantos puede enviar. O la que se consuela en que se guarda la sana doctrina mientras se pierde a la gente que Dios ama. Esta iglesia solo sabe hacer ruido y nada más porque no sabe encarnar el verdadero amor de Cristo en su realidad presente (1 Corintios 13).
Pero Goliat seguirá gritándonos a través de un mundo que sufre y se pierde. Saúl seguirá encerrado, asustado y más interesado en no perder su lugar, administrando con cuidado lo que ya tiene y en especial su reputación, pero ¡VIENE DAVID!
La Iglesia Davídica
Podríamos caer en esa tan común generalización que dice que toda nueva generación de jóvenes trae consigo nuevas ideas y nuevos estilos de ministerio. Creo que esa generalización es errada. Ni bien terminé la escuela secundaria necesitaba encontrarme un trabajo que me permitiera ayudar con los gastos de casa y de universidad. En ese tiempo estaba estudiando abogacía y teología a la vez, así que tuve que buscarme un trabajo que me permitiera hacer las dos carreras, trabajar y usar los fines de semana para llevar adelante el ministerio de LAGRAM que estaba empezando por ese entonces. El Señor me regaló la posibilidad de enseñar tenis en jardines pre escolares. Recuerdo el día que empecé en un jardín de la zona norte de la capital de Buenos Aires. Es una zona donde todos viven en edificios. El jardín no tenía un campo donde hacer deportes cerca así que llevábamos a los chiquitines de 4 y 5 años a unas canchas de tenis que estaban un poco lejos. Al estar ya acomodados en la cancha les dije a mis alumnitos que corrieran libremente por donde quisieran. Pensé que eso enseguida les iba a gustar y que se me iban a ir por todas partes. Con sorpresa observé que los chicos daban vueltas en una radio muy pequeño y algunos hasta daban vueltas sobre sí mismos. Les repetí que corrieran libremente y recuerdo que algunos empezaron a dar vueltas a mi alrededor. Les indiqué que corrieran hasta la pared y hasta el alambre y así lo empezaron a hacer. Me quedé pensando. Estos eran niños y niñas que vivían en edificios de departamentos y habían aprendido a correr dentro de las salas de sus casas. ¡Estaban acostumbrados a correr alrededor de la mesita del living! Increíble. Se habían acostumbrado a correr de determinada manera y ante una nueva libertad no sabían hacer algo diferente. Esto lo vi suceder una y otra vez en la iglesia y lo sigo viendo. Los jóvenes tienen el POTENCIAL de generar nuevas ideas y nuevos estilos actualizados para ser efectivos en sus generaciones pero eso no quiere decir que ese potencial siempre esté explotado. Por cuántas generaciones las iglesias en Latinoamérica repetimos tradiciones y costumbres que fueron importadas por misioneros extranjeros. Cuántas generaciones de jóvenes no atinaron a descartar aquellas cosas superfluas que nada tenían que ver con los principios del evangelio y que les impidieron ser efectivos para alcanzar a sus generaciones. Me acuerdo cuando niño estar en reuniones de “jóvenes” donde en pleno verano de Buenos Aires nos daban té caliente. Eso era lo que hacían los misioneros ingleses cuando habían fundado nuestra iglesia y eso “teníamos” que hacer nosotros 70 años después. Quizás no queden detalles tan grotescos en muchas de nuestras iglesias pero todavía hay mucho por revisar. Muchas tradiciones y modismos que hemos elevado al supremo estado de sagrados pero que en nada ayudan a alcanzar a nuestras familias, a nuestras comunidades y a nuestras naciones.
David no estaba interesado en las armas de Saúl. Tampoco lo estaba en los títulos, las chapas ni las recompensas. Estaba interesado en que Goliat gritaba y quería callarlo por amor al nombre de su Señor. David trajo sus propias armas. El mismo Goliat no entendió con qué era que el muchacho planeaba atacarlo. Es que estaba usando elementos de su vida diaria para ser la luz que ennegreciera al gigante. Estaba siendo creativo y honesto consigo mismo y el enemigo no estaba preparado para eso.
El mundo ha estado cambiando a una velocidad antes insospechada. También la iglesia. Tú eres alguien que piensa y que puede distinguir factores de cambio en la sociedad que experimentamos. Has sido educado en el cambio del milenio y reconoces elementos que quizás las generaciones anteriores no pueden interpretar claramente.
La iglesia Davídica es una iglesia que, como David, puede usar cualquier cosa que tiene a la mano para voltear al gigante. No es solo una iglesia con jóvenes y con un buen programa juvenil, es una iglesia jóven que no le teme al riesgo y al qué dirán. Una iglesia que solo le teme al conformismo, la indiferencia y la ignorancia. Una comunidad de cristianos que no está concentrada en lo que ocurre en el campamento sino que tiene sus ojos en lo que ocurre en el valle. Esa iglesia no limita su vida religiosa a un campamento. Esa iglesia calla a Goliat.
Adaptado del libro: Viene D@vid – Editorial Certeza