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marzo 5, 2023Este filtro para tomar buenas decisiones se trata de una idea que escuché de Billy Graham, quien llegó a ser uno de los grandes hombres de integridad del evangelio en el último siglo. Él tenía como norma en su vida este dicho: “No ataco, no me defiendo”. ¿Puedes imaginarte cuántos ataques habrá recibido Billy Graham a lo largo de su vida y de su ministerio? Sin embargo, Billy Graham simplemente tomó la decisión de no atacar y no defenderse.
Hay personas que parece que cuando leen en sus Biblias: “La venganza es mía, dice el Señor”, en realidad interpretan: “El Señor me dijo que la venganza es mía”, y toman el asunto en sus manos. ¡Esa es siempre una mala decisión! Si te atacan, no te defiendas. Permite que sea Dios quien te defienda y así mostrarás que confías en que sus juicios son justos.
¿Pero cómo es esto de no atacar y no defendernos? ¿Es posible realmente? A veces sentimos que alguien nos lanza un dardo por la espalda, y queremos voltear a responder, ya sea a través de las redes sociales o, tristemente en el caso de muchos pastores, a través de una prédica. Sin embargo, cuando hablamos de no atacar, al nivel de liderazgo o al nivel de iglesia, Jesucristo mismo dijo que si el mundo te odia, ¡debes recordar que a Él lo odiaron primero! Y es así.
El mundo no va a estar siempre contento. Habrá veces en las que te van a atacar. Y si eres líder o pastor, también va a haber momentos dentro de la iglesia en los que habrá “fuego amigo”. Momentos en los que estarás ganando gente para Cristo, pero recibiendo al mismo tiempo dardos de otras iglesias, o incluso, los que más duelen, de gente de tu misma iglesia, o de un miembro cercano de tu familia. Por eso es que todo esto guarda relación con el filtro que vimos antes. ¡Confía en Dios! ¡Confía en que Dios tiene todo bajo control, y en que la venganza es suya, no tuya!
Jesús no dijo nada cuando lo criticaron ni cuando lo juzgaron, y como cordero fue llevado al matadero… pero así permitió que se cumpliera la voluntad de Dios. No es fácil portarte como un cordero cuando hay gente que parece que quisiera crucificarte, pero no ataques y no te defiendas. ¡Confía en Dios y en sus planes perfectos! Ten en cuenta también que las personas tienen diferentes niveles de madurez, y a veces por un mal entendido, o precisamente por su falta de madurez, ellos encienden una chispa… Si tú contraatacas y le agregas gasolina a esa chispa, puede convertirse en un incendio forestal. Si en lugar de eso intentas “desescalar” la situación, tal vez todo quede en una chispa que pronto se apagará. En Proverbios 26:20, Salomón nos dice: “Sin leña se apaga el fuego”.
Recuerda: no ataques a nadie (ni siquiera a los que te ataquen a ti), y no te defiendas. Concéntrate en tu ministerio y en el trabajo que Dios te encargó, y Él será quien te defienda. Además, nunca debemos atacar porque no hemos sido llamados para señalar el pecado de otros. ¡El pecado es demasiado fácil de encontrar, ya que todos hemos pecado! Hay una historia que cuenta que en el desierto hay dos aves: un buitre y un colibrí. Cada día las dos aves despiertan y salen a buscar comida. Cada día el colibrí busca el dulce néctar, y cada día el buitre busca algo muerto para comer. ¡Y cada día las dos aves encuentran lo que estaban buscando! La enseñanza es sencilla: siempre encontrarás aquello que estás buscando, tanto en la vida como en las personas. Y yo no quiero ser alguien que busque carne muerta. Quiero ser alguien que, como el colibrí, busque algo dulce. ¡Siempre quiero buscar lo bueno de la gente!
Todos vamos a ser tratados en algún momento de manera injusta, y eso duele… Sin embargo, nosotros no sabemos todas las circunstancias que puede estar atravesando la otra persona, y solo Dios conoce las intenciones del corazón. ¡Confiemos en Dios, y pongamos esta confianza en práctica al no atacar y no defendernos! Hoy en día esto es muy difícil, ya que las redes sociales han proporcionado a las personas una plataforma desde la cual pueden expresar lo que tienen en su corazón, sin filtros y sin mucho pensamiento previo.
Podemos notar que el mundo está lleno de odio… ¡pero sabemos que el amor puede vencerlo! La Biblia dice que no paguemos a nadie mal por mal. ¡No agreguemos nuestra voz a la voz del odio que cunde en las redes, y no caigamos en la tentación de usarlas, ni para atacar, ni para defendernos! Solo el amor de Dios puede cambiar el mundo.
“No te dejes, pues, vencer por el mal, sino vence el mal haciendo el bien”. Romanos 12:21
“Dichosos los que hacen la paz, porque serán llamados hijos de Dios!”. Mateo 5:9
Este artículo fue extraído del Libro Filtros de Robert Barriger.
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