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noviembre 2, 2017¿Qué clase de padres querrían que sus sus hijos los escuchen discutir? Sin embargo, una nueva investigación sugiere que esto puede ser positivo siempre y cuando los padres manejen los desacuerdos de una manera constructiva. Los investigadores de la Universidad de Arizona observaron cómo los padres manejan los conflictos entre ellos, y la forma en que esto afecta sus estilos de crianza.
Olena Kopystynska, autora principal del artículo, también investigó qué tan emocionalmente seguros se sienten los niños después de haber estado expuestos a conflictos entre sus padres. El estudio de Kopystynska se enfoca en estilos constructivos versus destructivos de manejo de conflictos.
En el manejo constructivo de conflictos hay calma y respeto a pesar de la diferencia de opinión; el conflicto se mantiene enfocado en un tema y se progresa hacia una resolución. Cuando el conflicto se maneja de forma destructiva, hay enojo y resentimiento y el argumento a menudo se desvía del tema a cosas que pueden haber sucedido en el pasado.
Kopystynska y sus colegas descubrieron que cuando incluso uno de los padres maneja el conflicto destructivo con una pareja, puede hacer que los niños se sientan emocionalmente más inseguros acerca de su vida en el hogar. “Los niños son muy buenos para captar pequeños matices de cómo los padres interactúan entre ellos, así que realmente importa cómo los padres expresan y manejan los desafíos de su vida diaria, porque eso determina la confianza de los niños en la estabilidad y seguridad de su familia”, dijo la autora.
“Si los padres son hostiles entre sí, incluso los niños de tres años pueden sentir la amenaza de que su familia se dirija hacia una posible disolución. No necesariamente expresarán sus inseguridades verbalmente, pero pueden sentirlas”. El estudio de Kopystynska se basa en datos nacionales recopilados para el Proyecto Building Strong Families (Construyendo Familias Fuertes) que se enfoca en familias de bajos ingresos,una población que podría estar en alto riesgo de conflicto dados los muchos factores estresantes asociados con las luchas financieras.
Kopystynska y sus coautores identificaron cuatro perfiles diferentes de las parejas encuestadas:
- Parejas en las que ambos manejaban el conflicto de forma constructiva;
- Parejas en las que ambos manejaban el conflicto de forma destructiva;
- Parejas en las que la madre era más constructiva y el padre más destructivo;
- Parejas en las que el padre era más constructivo y la madre más destructiva.
Los investigadores también analizaron las conductas de crianza comprensivas y las severas, según lo medido a través de observaciones directas de cada padre interactuando por separado con su hijo. Pudo verse que los estilos de crianza de los padres no parecían verse afectados por la forma en que manejaban el conflicto con sus parejas. En otras palabras, los padres interactuaron con sus hijos de manera similar en todos los perfiles.
Sin embargo, las madres en el perfil en el que los padres manejaron el conflicto de manera constructiva y las madres manejaron el conflicto destructivamente, tendieron a ser más duras con sus hijos que las madres en el perfil en el que ambos padres manejaron el conflicto de forma constructiva.
En cuanto al impacto sobre la inseguridad emocional de los niños, los investigadores encontraron que cuando uno de los padres manejaba el conflicto destructivamente y el otro de manera constructiva, la inseguridad emocional de los niños era mayor que la reportada para los niños cuyos padres manejaban el conflicto constructivamente.
“Lo que descubrimos es que cuando los padres usan el manejo constructivo de conflictos, los niños se sienten menos inseguros sobre su clima familiar, y cuando al menos uno de los padres discute destructivamente, hay algunos niveles de inseguridad sobre las relaciones familiares”, dijo Kopystynska.
En general, dijo Kopystynska, es importante que los padres estén atentos a cómo interactúan entre ellos y que recuerden que el conflicto no necesariamente debe evitarse, sino que debe manejarse de una manera que haga que el niño se sienta menos amenazado. “No todos los conflictos son malos, se trata de cómo manejarlos”, dijo Kopystynska.
“Dado que los niños encontrarán conflictos en el mundo real, la exposición a algún conflicto puede ser beneficiosa. Sin embargo, es en realidad la forma en que los padres manejan ese conflicto lo que marca la pauta de cuán seguros se sienten los niños, y puede promover aún más comportamientos similares de manejo de conflictos cuando los niños se enfrenten a conflictos propios “.
Extraído de un artículo online publicado en PsychCentral
https://psychcentral.com/news/2017/09/21/parental-arguments-in-front-of-kids-ok-if-constructive/126317.html