Uno de los tantos desafíos que tenemos como líderes es que nuestros adolescentes aprendan la Palabra de Dios de memoria, y eso puede resultar muy difícil. Es por eso que una buena manera para que los chicos puedan aprender la Biblia es jugando.
Elije el pasaje de la Biblia que quieres que memoricen, divide a los jóvenes en grupos y dales esta consigna:
Deben ponerle música al texto bíblico. En esta ocasión deberán rapearlo.
Dales un tiempo para que la creatividad fluya y puedan crear la música y aprenderse el versículo. Luego haz pasar a todos los grupos a rapear de a uno por vez. Ten preparados unos chocolates para repartir al finalizar el momento. Todos los que lograron cumplir el desafió son ganadores.
Puedes repasar los textos en todos los encuentros. Verás qué fácil sale con la música que ellos mismos inventaron.
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