“Esperanza” 7 Reflexiones en cuarentena
mayo 4, 2020Inteligencia emocional para sobreponerse a una crisis
julio 19, 2020Parece que esto es un sueño, algo que no es real. Desde el comienzo de la pandemia de COVID-19 vimos lo frágil que es la vida; aun a nosotros, la iglesia, se nos recuerda lo que la Palabra nos ha dicho por siglos que no nos jactemos del día de mañana porque no sabemos lo que el día traerá (Proverbios 27:1). De un día para el otro, el mundo cambió: las familias enfrentaron una nueva realidad, las personas se encontraron cara a cara con el temor de no saber lo que va a pasar. Es como si todo fuera una película de Netflix a la que le pusieron pausa, porque el mundo prácticamente se ha paralizado; y por un momento, a muchos se les apagó la luz de la esperanza.
En medio de esa oscuridad podemos ver una luz que brilla y que se llama la iglesia, y mientras pasan los días la luz está brillando aún más. Desde el estado de Nueva Jersey (EE. UU.) puedo ver el mundo por la ventana de mi teléfono celular, y lo que veo me pone una sonrisa en la cara: veo una iglesia que ha tomado en serio ser las manos y los pies de Jesús. Aun enfrentando la necesidad de adaptarse a una nueva realidad, la iglesia de Jesús se ha levantado para tocar las vidas de aquellos que más necesitan un toque de esperanza. Sí, es verdad, estoy generalizando, pero históricamente en los momentos de oscuridad es cuando más ha brillado la iglesia; brilla porque a la luz de Jesús no la tapa nada.
Estoy convencido de que estamos en una servolución, un término que yo no inventé sino que viene de un libro escrito muchos años atrás por el pastor Dino Rizzo (y que es algo que muchas iglesias estamos practicando globalmente). En su libro, Dino describe que servolución es «una revolución de servir a otros»; a través de nuestras vidas, nuestras familias y nuestras iglesias Dios está tocando a muchas personas de maneras en las cuales nosotros nunca nos hubiéramos imaginado. La pregunta pendiente que tienen muchas iglesias que se encuentran con las ganas de servir más a la sociedad pero que no tienen los recursos para servir al nivel que se ve por las redes sociales es esta: ¿cómo podemos ayudar nosotros? Te cuento esto porque yo fui uno de esos pastores que se hizo esa misma pregunta hace unos meses atrás: aunque ya teníamos funcionando un sistema de ayuda social, esta nueva realidad me hizo dudar acerca de si lo que teníamos en función era lo suficiente. ¿Por dónde comenzamos? es otra pregunta relevante a la situación. La pregunta no es si debemos servir a la sociedad, esa es la pregunta incorrecta; la pregunta correcta es: ¿cómo puedo servir mejor a mi comunidad como iglesia?.
Como pastor principal, aprecio el tiempo, y por esa razón quiero ir al grano y compartir contigo algunos puntos prácticos que puedes aplicar hoy.
- Comienza en Jerusalén
En el libro de los Hechos encontramos un momento clave antes del inicio del movimiento que cambiaría el mundo para siempre: la iglesia. El momento es Jesús dándole un mapa a sus discípulos de lo que seguía: «No se vayan de Jerusalén hasta que el Padre les envíe el regalo que les prometió, tal como les dije» (Hechos 1:4). Ya puedo escuchar a mis amigos teólogos gritando y diciendo: «¿Qué tiene que ver esto con la ayuda social? ¡Jay, no saques los versículos fuera de contexto!». Tranquilos, fariseos… digo… amigos, y sigan leyendo. Jesús está diciéndoles que recibirán el regalo del Espíritu Santo y que ese poder los ayudará a ser testigos de él, entonces vemos que les dice que serán testigos (darán testimonio) «en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra» (Hechos 1:8). Antes de ese momento, Jesús les había dicho que el amor que tuvieran los unos por los otros sería la prueba ante el mundo de que son sus discípulos (Juan 13:35). En otras palabras, comienza servir a tu iglesia antes de ayudar a otros afuera de tu iglesia. Si eres pastor principal, comienza con tu equipo más cercano, y demuestra el amor de Jesús más que solamente en palabras.
- Mira a TODA Judea
Es interesante que Jesús dijo «toda Judea». Aunque estoy de acuerdo en que tenemos que ser prudentes y buenos administradores de lo que Dios pone en nuestras manos, debemos tener mucho cuidado de elegir a quién ayudamos basados en nuestro propio conocimiento. Fácilmente podemos caer en prejuicios y escoger a los que nosotros queremos ayudar en vez de aquellos a quienes debemos ayudar.
- Entonces, mira Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra
Las misiones no paran. Sé que en este momento es fácil «quedarte» en Jerusalén, pero las misiones no paran. ¡La generosidad de la iglesia local ayudará a la iglesia global a seguir haciendo su trabajo local! Mientras pones en orden cómo sirves en tu iglesia local y tu comunidad, hazlo sin olvidar las iglesias globales y los misioneros a quienes estás ayudando, y si no estás ayudando a nadie, pues es una buena oportunidad de empezar; el corazón generoso demuestra lo que es importante para ti. Las noticias a esas iglesias o a esos misioneros les traerán esperanza a sus vidas. Jesús te usará para tocar sus vidas.
Recuerda que este es un momento clave para demostrar el amor incondicional de Jesús. Aunque las intenciones son buenas, es tiempo de tomar decisiones que conviertan esas intenciones en acciones; son las decisiones y no las intenciones las que nos llevan hacia nuestro destino: ser la iglesia de Jesús, la iglesia local, la cual es la esperanza del mundo.
Contigo en la brecha.
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