Sígueme, conozco tus debilidades
septiembre 22, 2016Hace poco realicé un trayecto llamado “Matacanes” en Monterrey, México.
Uno de los puntos más importantes del recorrido es el llamado
SALTO DE FE.
Tienes que saltar mirando a un precipicio NEGRO, VACÍO, INEXISTENTE.
EL instructor te dice que abajo te espera un precioso manantial, está dentro
de una caverna. La caída libre es de 15 metros. Más que una plataforma
olímpica. Si te asomas, no puedes ver absolutamente nada.
Debes dar un paso al frente y lanzarte con determinación y confianza.
Muchos ahí se quedan y no terminan el trayecto.
Lo mismo sucede en nuestra vida diaria.
Dios nos pide dar saltos sin mayor garantía que Su palabra. Confiando en
que nuestra vida está en sus manos.
En ocasiones no nos atrevemos a seguir adelante. Lloramos como niños
atemorizados que piden “Una señal” “Una garantía” El día que Dios nos
brinde tal cosa, la fe dejaría de SER.
Vivamos bajo la certeza de lo que esperamos.
Y con la CONVICCIÓN de lo que no vemos.
El poder de una promesa radica en la veracidad de quien la dio.
Dios nunca ha fallado, ¿por qué sería la primera vez?
Confía y avanza con valentía.
Tú tienes tus propios retos. Tus propios saltos de Fe y es tiempo de que
los des sin mirar atrás.
Mauricio Contreras