Tu equipo ideal
febrero 25, 2019La pregunta que todo líder debe hacerse
abril 3, 2019No creo que el mejor método de evangelismo haya cambiado. Fue justamente con la intención de masificarlo y simplificarlo que intentamos reemplazarlo. Pero los siglos y las experiencias con millones siguen corroborando que el mejor método sigue siendo el de la iglesia primitiva.
Es una metodología lenta en cuanto a proceso y resultado, pero es un proceso que cambia vidas y resulta en el discipulado.
Estoy hablando del discipulado relacional.
Perdón, en este artículo debería decir evangelismo. O quizás no. Perdón, debería decir discipulado…
Mi confusión se debe a que no estoy seguro en cuál momento de la historia pusimos una división entre ambos conceptos. En la iglesia del libro de los Hechos se nota claramente que la extensión y multiplicación de la iglesia no se da por una simple proclama. Sin dudas que allí notamos los discursos de Pedro y de Pablo ante un buen número de gente, pero cuando notamos como se expandía la práctica del cristianismo, vemos que las relaciones interpersonales protagonizaban el papel principal. Igual a hoy.
Estemos en la edad media, la moderna, la posmo o la post posmo, son las relaciones interpersonales la mejor metodología de evangelismo. El verdadero evangelismo no se reduce a presentar un mensaje a un público inconverso sino de presentar a un personaje que debe convertirse en el Señor de la vida. Por eso no basta con la proclama o predicación evangelística. No es que estén mal, pero es una metodología incompleta si todo queda solamente ahí.
Evangelismo en el ministerio con adolescentes
Es justamente en el ministerio de adolescentes quizás donde más podemos notar que la metodología de la iglesia primitiva sigue siendo la más eficaz. Es muy difícil cambiar el paradigma religioso de un joven a través de un discurso. El monólogo religioso de no menos de 45 minutos al cual llamamos predicación del evangelio es en la mente de un adolescente prácticamente igual a la clase más aburrida que tienen en la escuela.
Claro. Hay predicaciones y predicaciones y predicadores y predicadores. Pero en el skate de un adolescente de este milenio que nunca pisó una iglesia siempre va a ser muy difícil digerir un mensaje dado en ese formato.
En cambio a través de las relaciones interpersonales nadie tiene dudas de que se puede influenciar a un joven. De hecho, la adolescencia es una de las épocas más influenciables del ser humano a través de esas relaciones y por eso es tan necesario y urgente que aprendamos a evangelizar adolescentes de esta manera.
¿Cuál es la clave? Otros adolescentes.
Sí. Soy un fiel creyente en que los mejores evangelistas de jóvenes y adolescentes son los mismos jóvenes y adolescentes que tenemos en nuestras iglesias. Los líderes sólo debemos motivarlos, ayudarles a ganar confianza y también ayudarlos a organizarse para saber cómo llevar las relaciones hacia el evangelismo y el discipulado. Claro que una buena reunión de jóvenes ayuda, pero insisto, si los jóvenes de nuestras iglesias no saben -en sus relaciones interpersonales- demostrar cómo se sigue a Jesús, es muy difícil que otros quieran hacerlo sólo con escucharnos hablar de eso en un discurso o en una canción.
En una ocasión les dije a mis jóvenes al comenzar las clases que ese año no quería que ninguno dijera en la escuela que era cristiano a menos que alguien se los preguntara. A sus caras sorprendidas les expliqué que si ellos eran buenos cristianos iban a ser los mejores compañeros, los que sabían guardar un secreto, los que sabían no reírse del que todos se burlaban, iban ser los estudiantes más esforzados y los que nadie tuviera duda de que siempre iban hacer lo correcto.
Les expliqué que cuando lograran eso y alguien les preguntara por qué, ahí sí dijeran que era porque eran cristianos y querían agradar a Jesús, porque no valía la pena que dijeran que eran cristianos sin tener esos valores.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]