Padres discutiendo frente a los hijos
octubre 26, 2017¿Qué hago con los niños que distraen?
febrero 11, 2018“No estoy seguro de ser la persona correcta para tu entrevista. He tenido que disculparme con mis hijas tres veces solo durante esta última semana”.
Después de haber completado varias entrevistas, sabía que este padre era la persona perfecta para ayudarme a comprender a la Fe Contagiosa. Durante nuestra investigación para The Sticky Faith Guide for Your Family (La Guía de la Fe Contagiosa para Tu Familia), una beca de investigación nos permitió entrevistar a cincuenta padres catalogados como especialmente efectivos a la hora de cultivar una fe a largo plazo en sus hijos. Para mí y para el equipo que conducía las entrevistas, el poder de los padres para disculparse con sus hijos se estaba volviendo cada vez más claro.
Lo que separa al cristianismo de todas las demás religiones es la gracia. Todas las demás religiones creen que alcanzamos a Dios a través de la obediencia y de determinados comportamientos. En el cristianismo Dios nos alcanza a través de la gracia inmerecida.
Si queremos que nuestros hogares estén llenos de gracia, nosotros como padres debemos disculparnos rápidamente. Confesar nuestros errores a nuestros hijos y pedirles que nos perdonen, no solo construye relaciones familiares más cercanas, sino que también ayuda a nuestros hijos a experimentar la cercanía de la tierna misericordia de Dios.
Entonces, gracias a nuestra investigación, comencé a decirles a mis hijos dos palabras con más frecuencia: “Lo siento”.
“Lo siento por el tono de voz que utilicé cuando te pedí que lavaras los platos”.
“Lo siento por haber malinterpretado el problema que estabas teniendo con tu hermano y haber llegado a una conclusión injusta”.
“Lo siento por no haber sido lo suficientemente sensible como para ver lo cansado que estabas del deporte”.
Si deseas hacer de tu hogar un centro de gracia, intenta lo siguiente:
- Mantente atento a las situaciones en las que tu propia fatiga te haga hablarles mal a tus hijos.
- Cuando sientas que les has hecho daño a tus hijos, diles que lo sientes y pídeles perdón.
- Asegúrate de perdonar rápidamente a tus hijos cuando necesiten hacer lo mismo.
Según nuestra investigación, decir “lo siento” no es un signo de fracaso parental. Puede ser un puente hacia una mayor intimidad y fe familiar.
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