¿Es seguro mi equipo ministerial?
enero 30, 2025¿Sabías que la tarea pastoral está entre las más propensas a generar estrés, agotamiento, ansiedad y depresión? La mayoría de estos problemas no tienen que ver con la espiritualidad, ni con falta de fe, de oración o de lectura bíblica. Desmitificar esto es el propósito de este artículo. Podemos describir a la salud mental como el bienestar emocional, mental y social que permite llevar adelante los desafíos de la propia vida y de la iglesia a la que pastoreas.
En general tenemos en claro cómo cuidar nuestro cuerpo a través de una buena alimentación, vacunas, ejercicio, análisis clínicos periódicos, etc. Como cristianos también estamos atentos al cuidado de nuestra salud espiritual a través de disciplinas espirituales, santidad etc. Pero es fácil descuidar el bienestar emocional. Muchos están excediendo sus límites emocionales sin saberlo y se adaptan a vivir con síntomas que alteran la calidad de vida personal y familiar; pudiendo influir también en el ministerio.
En una oportunidad un pastor comentó en un grupo, el dolor que sentía en la articulación temporomandibular. Él lo asociaba con que estaba predicando, enseñando y aconsejando muchas horas en la semana y que de tanto hablar padecía ese dolor. Le sugerí la visita a un odontólogo quien diagnosticó bruxismo. Esto es apretar y rechinar los dientes durmiendo durante la noche por estrés, o por sobrecarga de actividades y preocupaciones. Dicho profesional le indicó una placa de descanso para sus dientes.
Las preocupaciones de la mente y los problemas emocionales muchas veces repercuten en síntomas físicos que afectan las actividades cotidianas y ministeriales. No es saludable soportar por periodos prolongados síntomas que se consideran parte de la forma de ser por haberse adaptado a ellos.
Hay señales de alarma a las cuales es bueno prestar atención. Como por ejemplo problemas para dormir, dolores musculares, dificultad para relajarse, cefaleas, tristeza recurrente, intolerancia a la frustración, parálisis frente a la toma de decisiones, ansiedad excesiva por el futuro, etc.
Muchos se acostumbran a vivir con estos síntomas alterando su calidad de vida. El desempeño es mejor cuando la mente y las emociones responden bien. Se toman mejores decisiones, las relaciones interpersonales son más fluidas, el ministerio más eficaz y eficiente. Estar saludables ayuda a ejercer mejor los dones, y desarrollar las capacidades en todos los roles que tienes la oportunidad de desarrollar.
Frente a las circunstancias que se tienen que resolver o afrontar se encuentran mejores respuestas y más sensatas, mesuradas y prudentes. Tener salud emocional ayuda a cumplir con el llamado y la misión que te ha sido encomendada. El cuidado de la salud emocional es parte de nuestra responsabilidad en todas las etapas de nuestra vida. Por eso es tan importante detectar y tratar problemas en esta área porque la mayoría de ellos tienen solución. La calidad de vida, el servicio a Dios y las relaciones interpersonales se verán beneficiadas.
Es bueno hacer un alto en el camino de la vida y revisar cómo estamos. Muchos se sienten más cómodos dando cuidados que recibiéndolos, algunos niegan sus propios conflictos porque el rol esperado por los demás es el de ayudador y nunca el de necesitar ayuda.
Si como pastor o ministro, te sientes o eres visto por tu congregación y aun por tu familia como un fuerte pilar que es inmune a la pena y al sufrimiento, que nunca siente dolor, y que siempre puede ayudar a todos, entonces tu salud podría estar en riesgo. Aceptar las limitaciones propias, poner distancia y límites a quienes te invaden y pedir ayuda y delegar es una señal de fortaleza y sabiduría.
En la Biblia encontramos que el tema de la salud integral debe ser incluido entre nuestras responsabilidades. En 1° Tesalonicenses 5:23, el apóstol Pablo dice que debemos cuidar todo nuestro ser, cuerpo, alma y espíritu. El apóstol Juan, en 3° Juan 2, escribiendo a su hermanos y amigo Gallo le desea que tenga salud en su cuerpo como en su alma.
“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”. RVR 60
En la cohorte sobre “Salud mental en el pastorado” exploramos herramientas y estrategias para el cuidado de nuestra mente y emociones. Los temas que cubriremos son:
- Reconociendo señales de estrés y agotamiento.
- Reconociendo la influencia de la genética, la biología, la biografía y el entorno, en la salud del pastor.
- Conocer alertas para saber cuidarse y poner límites sanos.
- Considerar la importancia del rol pastoral en la interacción con enfermos mentales y sus familias.
No te pierdas esta oportunidad de conocer, aprender y compartir con un reducido grupo de pares de distintos puntos del mundo hispano sobre esta temática tan importante para tu rol pastoral y tu desempeño ministerial. Una vida se edifica con sabiduría y se fortalece por medio del buen juicio. Mediante el conocimiento se llenan sus cuartos de toda clase de riquezas y objetos valiosos. Los sabios son más poderosos que los fuertes y los que tienen conocimiento se hacen cada vez más fuertes. Estas palabras están escritas en Proverbios 24:3-5
Accede a información de la Cohorte sobre salud mental y pastorado aquí
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Daniel Rota
Psiquiatra con especialidad en infanto-juventud y geriatría. Es conferencista y docente, y forma parte del equipo pastoral de la iglesia Una Vida Mejor en Buenos Aires, Argentina.