La persistencia del carácter
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septiembre 22, 2016MATEO 6:6 EN TU VIDA
El que ha estado en la intimidad con el Señor conoce el latir de su corazón, conoce sus anhelos más profundos y lo que Él está hablando específicamente en este tiempo. Si has estado a solas con Él, se notará en la pasión que pongas en las cosas que hagas para Él. Cuando estamos en su presencia somos cambiados, transformados y nos contagiamos de sus pasiones.
En el secreto de tu habitación.
“Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”, dice Mateo 6:6.
Lo transformador de estar en secreto con el Señor no son las recompensas en sí. Es que TU PADRE ESTÁ EN SECRETO. Su presencia es lo que transforma tu vida y luego llevas eso a donde vayas en público.
No importa cuántos años de ministerios tengas, o cuánto tiempo hace que perteneces a una iglesia, o tampoco es lo más importante si llevas un buen tiempo siendo líder en la iglesia. Todo eso no sirve si Mateo 6:6 no es una realidad en tu vida. Te animo a que lo anotes en algún lugar y lo conviertas en una meta personal para tu vida en este tiempo: “No puedo permitir que Mateo 6:6 no se cumpla en mi vida. No puedo dejar que mi vida pase y los años avancen y que Mateo 6:6 no sea una realidad en mí”.
El problema es que a veces andamos corriendo de aquí para allá en nuestro vertiginoso ritmo de vida y de ministerio y en ocasiones nos parecemos al mesonero de la posada de Belén: no tenemos espacio en nuestra agenda para Jesús (Lucas 2:07). Pero si pasamos tiempo con Él, conoceremos el clamor de su corazón. La pasión de nuestro amado.
Cuando esa sublime inquietud del cielo te consume y te lleva a buscar y anhelar más de Dios y menos del hombre; cuando tienes ese deseo intenso de tener mayor intimidad con Jesús y de ser trasformado en su presencia; cuando tu vivir es Cristo, entonces, tu anhelo mayor es el amado.
Mientras más cerca estemos del Señor, más conoceremos el latir de su corazón. Escucharemos sus más íntimos suspiros. Seremos transformados y comenzaremos a ver la vida con sus ojos. Esos ojos eternos que recorren la tierra buscando a alguien que pueda encontrar en el lugar secreto.
Es mi oración que a partir de esta lectura entres a un nuevo nivel de intensidad en tu búsqueda personal de Dios. Que el Señor pueda encontrarte en medio de la oscuridad de la noche; en la quietud de las horas más avanzadas, buscando su rostro y pasando tiempo con Él. Que puedas leer su Palabra como aquel hijo que recibe una carta sellada de su padre y, con mucha expectativa y deseos, abre el sobre para leer y saber qué es lo que su Padre le ha escrito.
¿Estás pasando tiempo en la intimidad con Jesús?
Estar con Él y compartir de Él
Cuando Jesús llamó a sus discípulos les dio dos propósitos claros y definidos y esto lo podemos ver en Marcos 3:13-14: “Después subió al monte y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar”.
El maestro estableció a doce personas estables, en primer lugar, para que:
1) Estuvieran con Él.
Para que pudieran conocerlo de cerca. No solo escucharlo entre las multitudes, sino viajar a su lado. Descansar con Él. Conocer sus suspiros y adquirir de primera mano la misión que Jesús tenía al venir a la tierra. Los discípulos hicieron sólo alguna que otra tarea durante esos tres años que estuvieron al lado de Jesús. La meta principal en este tiempo fue establecerlos para que estuvieran con Él y para que luego de este tiempo de preparación en cercanía con Jesús, pudiera cumplirse la segunda etapa en sus vidas.
2) Para enviarlos a predicar.
Todo lo que vieron, todo lo que aprendieron y recibieron de Jesús, luego de esos tres años, lo pusieron en práctica. Luego de la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús llegó el momento en que fueron enviados por Él. La Gran Comisión descansaba sobre los hombros de estos valientes.
El cielo ha iniciado una nueva búsqueda, pero: ¿quién estuvo a media noche clamando por su presencia? ¿Quién estuvo ayer trasnochando pensando y soñando con las cuestiones de su reino? La fuerza de choque del cielo va en busca de aquellos que han entendido que la única manera de transformar el mundo es ser transformado en el secreto.
Para este tiempo naciste. Ya no tendrás otra oportunidad más que ésta de impactar a tu generación. No te asustes, no se trata de tener trayectoria ministerial, ni que me muestres tus credenciales. La clave es que Dios busca a los que le buscan.
A veces como líderes nos gusta que nos inviten a compartir la palabra de Dios a eventos o actividades que se realizan en la ciudad donde vivimos, pero LA MEJOR INVITACIÓN QUE PUEDES RECIBIR EN TU VIDA ES: “Así que acércate con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibirás su misericordia y encontrarás la gracia que te ayudará cuando más la necesites”. Hebreos 4:16. El cielo sigue buscado a aquellos que están en el lugar secreto, oyen el clamor del corazón de Dios y van en busca de aquellos que aún no conocieron su amor.
Richard Baxter, un pastor inglés del siglo diecisiete decía: “Ve a los pobres pecadores con lágrimas en tus ojos, que ellos vean que tú crees que están en un estado miserable y que te compadeces infinitamente de su situación. Que ellos perciban que el deseo de tu corazón es hacerles bien”.
Robert Mc Cheyne lo graficaba con las siguientes palabras: “Trata suave y tiernamente a tus amigos no convertidos. Recuerda… una vez tú fuiste tan ciego como ellos”.
Sólo pregúntate, si Dios busca en la intimidad, ¿te encontrará? Él te quiere preparar “… para difundir el conocimiento de Cristo por todas partes como un fragante perfume” (2 Corintios 2:14, NTV).[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]