Las voces que escuchan los adolescentes
febrero 25, 2019Menguar para que crezcan otros…
febrero 25, 2019Un mito arcaico que juntos debemos desterrar, es la idea de que el líder de adolescentes ideal es un joven y no un adulto. Yo arranqué en el ministerio siendo prácticamente un adolescente y probablemente algún lector comparte mi mismo testimonio, pero si recordamos esos años vamos a tener que admitir que hubiéramos hecho un trabajo mucho mejor si hubiéramos tenido un mentor que nos protegiese de cometer muchos errores.
Poner a un adolescente al frente de otros adolescentes puede ser natural pero es sin dudas peligroso. Sin ser fatalistas podemos decir que es como poner a un ciego a guiar otro ciego. En 1 Timoteo 3:6 el mismo apóstol Pablo nos exhorta a no poner en el liderazgo a alguien dando sus primeros pasos, no sea que se envanezca y ceda a las tentaciones que justamente ofrece el liderazgo. En esta exhortación de Pablo está claro que el apóstol está hablando de quien está al frente y no de quien de a poco va asumiendo nuevas responsabilidades.
Yo soy un fiel creyente en que los jóvenes ya están listos para el servicio. Tenemos que aprender a delegar liderazgo en ellos y asignarles tareas de servicio específicas en la iglesia, pero eso es muy distinto a dejarlos solos. Hoy más que nunca estoy convencido de la necesidad de tener adultos involucrados en el ministerio con adolescentes. La iglesia debe ofrecer modelos alternativos a los que ofrece la sociedad y los adolescentes en particular necesitan conocer de cerca a matrimonios y adultos cristianos que practiquen lo que predican y modelen de qué se trata la madurez cristiana.
LA IMPORTANCIA DE QUE LOS PADRES SEAN PARTE
El crecimiento del índice de divorcio y la continua exaltación de modelos negativos por parte de los medios masivos de comunicación hacen que la mayoría de los jóvenes hoy no conozcan de cerca cómo funciona un matrimonio cristiano. Además, debemos recordar que los padres son los líderes naturales que Dios le dio a cada nueva generación de jóvenes y adolescentes y por eso debemos aprender a involucrar a los padres y sobre todo a servirlos. ¿Cómo lo podemos hacer? Más allá de diferentes ideas programáticas hay cuatro ejercicios continuos que podemos hacer.
Informarlos; Dejarles saber cuál es el programa y el plan anual del ministerio.
Servirlos: Ofrecerles ayuda. Talleres y seminarios acerca de cómo tratar a los adolescentes les vienen muy bien.
Estimularlos: Animarlos con palabras elogiosas y oración. Es difícil ser padres de adolescentes.
Involucrarlos: Invítalos a participar en distintas actividades.
Los líderes más jovencitos naturalmente van a mirar a los padres con sospecha y van a tender a aislarlos en vez de servirlos. ¿Por qué? Porque al ser jovencitos se imaginan al ministerio juvenil ideal como un gran grupo de amigos donde ellos son los héroes y los adolescentes los soldados de su ejército. Por eso necesitamos padres para servir a los padres. Los jóvenes con vocación y capacidades para el liderazgo deben formar el equipo de trabajo. Ellos pueden ser incluso aquellos que tomen el micrófono con más frecuencia, pero es fundamental que haya adultos maduros y padres involucrados en el ministerio.
DISPARADORES PRÁCTICOS
Al comenzar a tener en claro la importancia de tener adultos involucrados en el ministerio juvenil y de servir a los padres desde el ministerio, hay que tener cuidado con que esos adultos entiendan que están siendo parte del ministerio juvenil para servir a los adolescentes y no para servirse a sí mismos. La música, el horario y las actividades que van a elegir no pueden estar pensadas para sus gustos. Si la reunión es la reunión de adolescentes, todo debe estar pensado para los ellos y no para los adultos involucrados en el ministerio. Aquí hay un par de ideas prácticas como papeles sueltos adentro de una caja para involucrar a los padres y contar con adultos modelos en el ministerio:
»» Hacer una conferencia anual para padres trayendo algún especialista o psicólogo a hablar de psicología evolutiva del adolescente.
»» Organizar una noche al año para honrar a los padres.
»» Picnic familiar donde los adolescentes “presentan” a su familia describiendo a cada miembro con sus palabras.
»» Tener padres encargados del transporte (2 o 3 matrimonios por noche pueden tener a su cargo transportar a los adolescentes que tienen dificultad en llegar a la reunión).
»» Tener padres encargados de los refrescos (que antes de comenzar la reunión o al terminar siempre haya algo que tomar).
»» Que un par de padres den testimonio ante la iglesia del beneficio de que sus hijos participen del grupo de jóvenes.
»» Los padres hacen una obra de teatro para los hijos.
»» Día de ayuno y oración anual de padres por los hijos.
»» Que los líderes juveniles hagan un reporte bianual a los padres acerca del crecimiento de sus hijos y de los planes del ministerio juvenil.
»» Entrega anual de premios donde se premia a los mejores padres o los padres entregan algún premio a los jóvenes.
»» Olimpiadas familiares.
»» Noche de juegos hijos contra padres.
»» Tarde de belleza para hijas y madres.
En el “dream team” del ministerio juvenil nuestras iglesias deberían tener voluntarios jóvenes, mucha participación de los adolescentes, un par de matrimonios y algunos adultos mayores en algún rol secundario. ¿Suena a mucha gente? Es tanta como queremos que nuestro ministerio juvenil crezca.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]