Cada vez que algún lider o maestro de niños me pregunta cuáles son los pasos a seguir para comenzar un ministerio eficaz, les recuerdo primero una verdad; la esencia de la experiencia cristiana es seguir a Cristo en un peregrinaje de transformación integral. Tenemos que estar seguros de que en primer lugar nosotros estamos siguiendo a Jesucristo, porque ese es exactamente el mensaje que debemos entregar a los niños para que ellos mismos puedan ser discípulos de Jesús.
En segundo lugar, debemos entender que este caminar cristiano de servicio no se transita en soledad, no vamos solos. Dios mismo es relacional (1 Juan 1:3) En el fundamento de la fe cristiana está la afirmación de que en Cristo hemos llegado a conocer al Dios trino. Hay un solo Dios, y este Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por lo tanto, en nuestra labor en el ministerio de Niños, no hemos sido llamados a servir solos. Es más, debemos hacer una verdadera alianza con los padres. Estoy convencida de que el lugar ideal para que los niños puedan desarrollar su fe correctamente, es el hogar. La investigación científica continúa revelando que los padres siguen siendo las personas más influyentes en el desarrollo espiritual, social y conductual de los niños.
La Biblia no solamente nos instruye al respecto (Salmos 78:5-6; Deuteronomio 6:4-9), hay estudios que demuestran que el desarrollo espiritual de un niño está influenciado primeramente por lo mucho o poco que sus padres valoran este aspecto en el hogar.
Siendo yo misma una madre, entiendo que entrenar espiritualmente a nuestros hijos presenta grandes desafíos. Ocurre en muchos hogares que la enseñanza espiritual a veces se vuelve una actividad separada de la vida del niño, cuando realmente debería ser una parte integral llegando a formar un estilo de vida en ellos. Incluso muchos padres se sienten inadecuados para guiar a sus niños espiritualmente.
La iglesia debe unirse a los padres para que juntos puedan cumplir y dar seguimiento al plan de Dios. Aquí van algunas ideas acerca de cómo formar una alianza entre el líder de niños y los padres. En mi iglesia local realizamos la campaña que titulamos “Involucrémonos en el juego”. La siguiente es la estrategia que entregué a los padres.
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¡Debes comunicar a los padres que Jesús ama sus hijos y que Él está de su lado! Sirvamos juntos en esta hermosa tarea de llevar a los niños cerca de Jesús.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
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