Todos los maestros hemos enfrentado esta disyuntiva: ¿Qué hago con este niño? Ya sea porque es el típico niño que hace todo lo opuesto a lo que le pedimos o porque presenta algún problema de déficit de atención, o falta de límites, o simplemente le gusta llamar la atención distrayendo. Siempre tenemos alguno de ellos. Nunca es fácil saber exactamente qué hacer porque cada niño es un mundo de situaciones y el resultado de una cultura familiar única, pero sí hay algunos secretos.
Sabemos que Dios cree que los límites son positivos y amorosos. En Proverbios 22:6 encontramos que Dios nos encomienda instruir a los niños y acompañado con la promesa de que luego el niño irá por el camino correcto. Instruir significa proporcionar el conocimiento, habilidades, ideas o experiencias a una persona para darle una determinada formación y esa nuestra misión. El objetivo de instruir no es que un niño o una niña se quede quieto y atento en una clase sino formar su carácter y ayudar a esa personita a ir regulando sus emociones y pensar en las consecuencias de sus acciones.
Por lo general cometemos el error de pensar que solo aquel niño que está quieto y callado está aprendiendo y por eso nosotros también debemos seguir aprendiendo que hay diferentes maneras de aprendizaje. Eso nos ayudará a ver a los niños que distraen, como niños que tal vez necesiten otro estilo de enseñanza.
Hay niños que pertenecen al grupo de aprendizaje “Activo y en Movimiento”, y si tú no traes un plan lo suficientemente dinámico, ellos tendrán que moverse y si no mantienes el rumbo, ellos mantendrán el control de la clase.
Otros niños pertenecen al grupo de “Hacedores y Creativos”, y para ellos necesitas tener espacios que les permitan usar su imaginación, de lo contrario no conectarán contigo ni con la clase.
Como maestros debemos interpretar lo que nos están diciendo los niños con su comportamiento. Tal vez nos están diciendo: “No pertenezco a los quietos y callados”, o tal vez su comportamiento grita que necesitan de alguien que les ponga límites amorosos. Obviamente los límites son positivos y por eso Dios estableció por ejemplo los mandamientos. Los límites son como guarda rieles que evitan el peligro de chocar y salirse del camino.
Algunos consejos para ayudar a los niños que suelen distraer tu clase son:
. Aquí puedo ser amable y respetuoso con todos.
. Sé un líder ayudando a que otros aprendan.
. Diviértete aprendiendo.
. Levanta tu mano si deseas hablar.
Si observas, las reglas no inician diciendo NO hagas, No hables, No pienses… aunque a veces será necesario decir claramente NO. Las reglas no deben ser una lista de prohibiciones negativas sino palabras que animen a los niños a ser mejores y demuestren que es valioso hacer lo correcto.
energía de los niños sin perder su potencial. Que usen su energía en
competencias o memorización que les ayuden a disfrutar correctamente el
tiempo cuando están en grupo. Premia actitudes y no solo habilidades.
Mantengamos la actitud correcta aún al establecer disciplina y marcar límites y los niños aprenderán esa actitud de nosotros.
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